La invasión

QUEBRADERO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Estamos ante la primera confrontación mundial en tiempos de las nuevas tecnologías. No está claro qué pueda pasar, así como no se vislumbra por ahora alguna circunstancia que pueda resolver el conflicto y detener la implacable invasión rusa a Ucrania. Ayer se habló de un posible diálogo ruso-ucraniano “sin condiciones”. Como fuere, el tono amenazante y confrontativo de Putin no para.

El presidente ruso tomó una decisión que venía trabajando. No es una decisión intempestiva ni cosa parecida. El pretexto fueron las llamadas zonas separatistas en Ucrania, pero lo que había de fondo y el motivo central de la estrategia está en invadir todo el territorio ucraniano.

Las acciones militares son la prueba de lo que quería. Los temores de un conflicto mundial son justificados. Cada vez hay más actores involucrados, ya está la UE, EU, la OTAN, a lo que se suma que varios países han manifestado su apoyo a Ucrania y en menor número a Rusia.

Lo que haga China es un enigma, pero es definitivo que es uno de los grandes actores estando o no estando. Se presume una cercanía de Rusia, pero su abstención en el Consejo de Seguridad de la ONU puede ser un indicador de que se va a mantener al margen.

Podríamos estar entrando a una nueva versión de Guerra Fría y división del mundo en dos bloques, como sucedió después de la Segunda Guerra Mundial. La caída del Muro de Berlín cambió la dinámica y el mapa del mundo.

No es casual que en el número de esta semana de la revista Time se haya presentado en su portada una fotografía de un tanque en la Segunda Guerra con el título de “El regreso de la historia, cómo Putin destroza el sueño de Europa”.

No sabemos ante qué estamos y ante qué pudiéramos estar. Va quedando claro lo que Putin busca en lo inmediato, lo que no se sabe es cuál es su pretensión más allá de Ucrania, no se olvide que originalmente había dicho que lo que pretendía era únicamente apoyar a los separatistas.

Los brutales ataques de los últimos días por todo el territorio, pero sobre todo a la capital Kiev, son, al mismo tiempo, una demostración de poderío bélico y también un mensaje al mundo de lo que es capaz de hacer. La defensa de muchos ucranianos de la capital ha impedido que por ahora las tropas rusas se apoderen de ella, habrá que ver qué pasa en las próximas horas, que se espera una suerte de ataque final. Rusia, como sea, ha tenido que reconocer que ha sufrido muertos y heridos durante la invasión.

La ayuda que ha pedido el transformador presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski —ha pasado de ser un personaje al cual no se le tomaba del todo en serio, a ser referente y un héroe—, no ha llegado, “nos han dejado solos… no voy a dejar por ningún motivo mi país”, dijo hace algunos días ante el ofrecimiento de EU de sacarlo de Kiev.

Del otro lado, Europa y EU tienen ante sí el problema más grave que han enfrentado desde la Segunda Guerra. Cualquier movimiento que hagan va a ser tomado como una provocación o una agresión. Es un momento en que los actores involucrados van a pedir definiciones de sus aliados.

Hay quien justifica la acción rusa por la decisión del gobierno de Ucrania de acercarse a la Unión Europea y a la OTAN. Ésta es una de las razones por las cuales Putin justifica la invasión, pero en el fondo es probable que nunca haya reconocido a Ucrania como nación independiente.

Las nuevas generaciones rusas deben tener una visión diferente, la cual se ha manifestado por las calles en contra de la invasión. Existe una concepción arraigada entre amplios sectores rusos que creen que Ucrania y otros países de la zona deben ser parte de Rusia.

Se ve remota la paz. Entre más dure la invasión el riesgo será para todos.

RESQUICIOS

El Gobierno mexicano deberá ser consistente ante el conflicto. En un primer momento no quiso llamar “invasión” a la agresión rusa, incluso desde Turismo le enviaron un guiño a Aeroflot. Desde donde se vea es una invasión y deberá hacerse valer como integrante del Consejo de Seguridad de la ONU.

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