Mujeres buscando a mujeres y niñas

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Para las madres buscadoras y sus desaparecidos

”Quiero volver a ver a mis hijos, aunque sea en un puñado de huesos. Nosotras hemos ayudado a las madres de los que se llevaron a nuestros hijos a encontrarlos (a los suyos), porque la única justicia que sé que algún día puede llegar es la de Dios".

“Antes no sabíamos nada, pero ahora hemos aprendido y somos más eficientes que las propias autoridades porque tenemos más respuestas. Nosotras, un puño de mujeres”, dijo Celia Flores, integrante del colectivo Madres Buscandoras de Sonora, al periódico El País.

Hace unos días La Razón publicó que el grupo más vulnerable, en cuanto a desapariciones, va de los 10 a los 24 años, sin importar el sexo. Menciona que de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas, de la Secretaría de Gobernación (Segob), en 2021 hubo seis mil 005 mujeres desaparecidas, de ellas tres mil 593 eran de ese sector etario, que representa 59.8 por ciento.

En entrevista con este diario, Aracely contó que desapareció en 2020 cuando tenía 12 años, luego de que fuera plagiada por la expareja de su madre en el municipio de Nogales, Sonora. Meses después la encontraron en Hermosillo, gracias a que encontró un teléfono celular, llamó a su madre para decirle dónde estaba. Hasta ahora su agresor no ha sido capturado.

“Fui a la tienda, él me vio y me dijo que me subiera, pero me llevó a otro lado, ya que se quería vengar de mi mamá. Sólo me tenía amarrada desde el momento en que llegamos, no me pegó, afortunadamente, sólo quería vengarse de mi mamá. Sólo dije el nombre de las calles y fueron por mí”, narró Aracely.

Delia Quiroa, representante del Colectivo 10 de Marzo dijo que de acuerdo con sus análisis “vemos que las niñas que son secuestradas son de entre 10 y 25 años aproximadamente, y principalmente las utilizan para delitos relacionados con trata de personas, explotación sexual o trabajo infantil”.

Cifras oficiales señalan que la desaparición de mujeres en este sexenio se disparó 289% en comparación con la administración pasada, y el de niñas y adolescentes tuvo un alza de 307 por ciento.

Todos los testimonios tienen un denominador en común, la impunidad, para ellas no hay otra explicación que las lleve a entender la creciente ola de desaparecidos en México.

Son mujeres buscando a otras mujeres, niñas, adolescentes, hombres y niños. Son mujeres las que encabezan los colectivos de búsqueda, son las mujeres las que tomaron los picos y las palas para dar con el paradero de sus hijas e hijos.

En el marco del 8 de marzo quiero reconocer la enorme labor que hacen las madres y mujeres buscadoras, son ellas las que están encontrando a nuestros desaparecidos, son ellas las que no se detienen ante los cientos de fosas que hay en el país. Son las madres y mujeres que no descansan hasta encontrar a los suyos, y aún encontrándolos, siguen ayudando a localizar a otros.

No podemos normalizar este horror, no podemos normalizar las desapariciones en México, ninguna madre, ninguna mujer debería estar buscando jamás ni a sus hijas e hijos, ni a los de otros.

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