Operación Z: dos formas de escribir la historia

ACORDES INTERNACIONALES

Valeria López Vela&nbsp;<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Valeria López Vela *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

A raíz del inicio de la invasión rusa en Ucrania, comenzaron a aparecer mensajes y grupos que utilizaban la letra z, en mayúsculas, para mostrar su apoyo a la embestida de Vladimir Putin. Lo mismo atletas, periodistas que personas comunes han utilizado el símbolo en playeras o en sus perfiles de redes sociales, sin avergonzarse por ello.

El ejército ruso, por su parte, ha puesto la Z en sus tanques, armas y cascos. El propio Ministerio de Defensa ruso utilizó la etiqueta #zaпобеду, que en ruso significa “hasta la victoria”.

El uso de símbolos promueve, además, una falsa base de nacionalismo que Putin tendrá que utilizar, pues los estragos económicos de la guerra ya se han hecho sentir. Y eso, no será lo peor pues las pérdidas, las bajas, los mutilados y los enfermos que dejan los enfrentamientos harán mella en las familias rusas.

Es inevitable ver un reflejo de la esvástica nazi en el uso de la Z de la invasión rusa. La lógica de la dominación exige dividir, mostrar superioridad, agruparse en contra de los “otros”: los débiles, los enemigos, los que no son como nosotros. La Z se convierte, así, en el símbolo de la arrogancia.

Pero ésa es solamente una manera de contar la historia.

Del otro lado, el valiente liderazgo del presidente Volodimir Zelenski; el jefe de Estado de Ucrania llegó al poder en 2019 con el 71% de los votos. Este fuerte respaldo popular le ha permitido enfrentar los primeros días de la guerra prácticamente sin apoyo internacional. La noche de la invasión, Zelenski dio un discurso que resonará por varias generaciones: “Nos han dejado solos para defender nuestro Estado. ¿Quién está dispuesto a combatir con nosotros? No veo a nadie. ¿Quién está listo a dar a Ucrania la garantía de una adhesión a la OTAN? Todo el mundo tiene miedo”. Afortunadamente, él no.

Desde entonces, el presidente Zelenski ha permanecido en sus oficinas de gobierno en Kiev, vestido con ropa de combate, con armas para defender a su ciudad y a su país. Al mismo tiempo, ha mantenido contacto con varios presidentes para establecer condiciones para el corredor humanitario, insistir en las sanciones económicas por la invasión, conseguir apoyo armamentístico.

Zelenski ha estado hombro a hombro con sus ministros tratando de resolver las crisis y plantear las tácticas de defensa; para ello, el presidente se ha mantenido cerca de las tropas, compartiendo los alimentos. Además, ha mantenido comunicación continua con sus ciudadanos y con la comunidad internacional señalando sus necesidades, agradeciendo el apoyo recibido, marcando la agenda de sanciones hacia Rusia.

La estrategia de Zelenski consiste en mantener la esperanza mediante la unión sincera con sus ciudadanos para resistir y defender lo que es suyo: sus lugares, sus vidas, sus instituciones.

Me gustaría pensar que pasados los días del combate, la historia recordará a la Operación Z como la estrategia de defensa de la dignidad y del territorio ucraniano encabezada por el presidente Zelenski.

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