La Revocación y el Frente Cívico Nacional

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Bernardo Bolaños*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Partidos e influencers de oposición nos piden que seamos realistas, que el Presidente no podría perder la votación este 10 de abril y dejar el cargo. Que es políticamente imposible, dicen. A los desencantados los exhortan, por lo tanto, a que le hagan el vacío a la consulta sobre revocación de mandato. No salir a votar. #UrnasVacías. Para que la supuesta revocación no se convierta en un gigantesco anuncio publicitario.

Este realismo político también opera cuando se trata de hablar de la sucesión presidencial en 2024. Hay varias semejanzas. Como se ven las cosas hoy, Morena difícilmente perdería frente a una oposición dividida durante la próxima elección federal, cerrándose el paso a la alternancia. Porque PAN, PRI, MC y PRD carecen de figuras emblemáticas bien posicionadas en las encuestas. Y porque AMLO todavía cuenta con aprobación. Para que la elección del 2024 no fuese un rito inútil, la oposición tendría que preparar ya las bases de una candidatura común, aunque al final la obtenga un candidato popular salido de la 4T.

¿Cuál sería la ventaja, según lo ven en el llamado Frente Cívico Nacional, de aceptar apoyar a un eventual candidato proveniente de la mayoría gobernante? Que la oposición no participaría meramente como florero. Lo ven así: “Los que nos abstendremos en la revocación tendríamos que abstenernos también de poner solamente candidatos decorativos para la próxima elección”.

Queda por responder la pregunta sobre las ideologías. Y los promotores del Frente responden diciendo que hay varias ideologías compitiendo dentro de la 4T. Por ejemplo, tenemos el estilo de los segundos pisos gratuitos y el de los segundos pisos sólo con tag. El primero da derechos “universales” pero regresivos, o sea, subsidia a los que más tienen (el derecho de manejar coche sin pagar por la vialidad rápida es dar dinero público a las personas dueñas de autos). El segundo estilo prefiere que se le cobre a quienes usen segundos pisos, de modo que el dinero público se vaya a construir transporte público (no a construirle carriles a los ya privilegiados).

Las ideologías políticas mencionadas también difieren en su manera de concebir la ciencia y la tecnología. La primera desconfía del mercado y busca darle la vuelta a soluciones vendidas como paquetes por las grandes farmacéuticas y las empresas de automóviles. Es decir, para ella, los autos eléctricos no son una solución justa al problema ambiental, y las políticas de salud pública deben explorar opciones alternativas (herbolaria, sustancias libres de patente, etcétera).

En cambio, para la segunda ideología el tablero de juego es la globalización, es decir, el mercado mundial. Hubo que ir a buscar vacunas hasta China y ganárselas a otros países compradores. Hubo que demandar a los fabricantes de armas por la violencia en México. Hay que jugar a nivel planetario, en vez de quejarse de que el Parlamento Europeo opine sobre México.

Es cierto. Ideologías diferentes.

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