Al igual que lo hace semana a semana con declaraciones mañaneras para “fijar la agenda del día”, el Presidente Andrés Manuel López Obrador sumó formalmente el jueves pasado en el Salón Tesorería de Palacio Nacional al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, como otra de las que moteja “corcholatas”, a una de las cuales destapará oficialmente a quien gane la consulta interna en Morena como candidato o candidata a sucederlo.
En ese acto en el que se reunió con diputados de Morena, a la pregunta de si consideraban que su paisano y amigo era o no un buen titular de la Segob, la respuesta, en coro, fue la de “¡Presidente!...¡Presidente!”, con lo que formalmente –aunque al día siguiente intentó negarlo- lo sumó a Claudia Sheinbaum, a Marcelo Ebrard y a Ricardo Monreal, al que se empeña en no mencionar, sin que eso parezca preocuparle al zacatecano que lidera la bancada morenista en el Senado de la República.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Sin mayoría calificada de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados, ni mucho menos en la de Senadores, no se advierte hoy posibilidad alguna de que la iniciativa de reforma electoral que el Ejecutivo federal envió a San Lázaro, pudiera ser aprobada y menos al estilo sexenal de “no quitarle ni una coma”, como lo advirtiera en otras, incluida la eléctrica, que le fue rechazada por la oposición, y que anuncia que hará lo mismo con aquélla.
La pretensión no es solamente cambiarle el nombre al actual Instituto Nacional Electoral por el de Elecciones y Consultas y que el “pueblo bueno y sabio” elija en febrero próximo a los nuevos consejeros y reducir su número de 11 a 7 o eliminar diputados y senadores plurinominales, amén de otras modificaciones, sino tener un organismo a modo para asegurar la continuidad morenista.
Mientras unas “corcholatas” van y vienen en abierta campaña de cara al 2024, uno que no ha dudado en rechazar ese mote que el Presidente le endilgó a quienes aspiran a sucederlo, Ricardo Monreal, se aplica en intentar consensos con las bancadas de oposición en el Senado para sacar adelante algunas de las iniciativas pendientes y la que podría llegarle antes de fin de año: la electoral.
Ayer, por primera vez y luego de que el propio López Obrador, ungiera formalmente a su paisano y amigo secretario de Gobernación como “corcholata”, Marcelo Ebrard acudió a un acto de campaña del candidato morenista en Hidalgo, Julio Menchaca, en el municipio de Acatlán, en donde lo recibieron con coros, también, de “¡Presidente!... “¡Presidente!”
Desapercibido, casi, el Día del Trabajo: en vez de desfile obrero, un encuentro de AMLO con petroleros en Dos Bocas.