Salvador Ramos, el adolescente que dio muerte a 18 estudiantes menores de edad y a tres adultos en una escuela primaria de Uvalde, Texas, fue abatido por la policía tras ser identificado como residente en esa comunidad, confirmó el gobernador de ese estado, Greg Abbott, al informar de esa nueva tragedia en un plantel de Estados Unidos que volvió a conmocionar a ese país, como la ocurrida en otro plantel de Connecticut en 2012.
De acuerdo a versiones reportadas por la policía, el homicida llegó en un vehículo que estacionó cerca de la escuela, del que bajó armado con una pistola y un rifle, con los que disparó, primero a su abuela y después a los alumnos y a un maestro en un salón de clases y cuando intentó huir fue muerto por uno de los uniformados que acudieron al lugar de los hechos, de lo que el gobernador texano informó al presidente Joe Biden, que anoche dio un mensaje para lamentar lo sucedido.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Ese tiroteo en una escuela de Texas con un saldo total de 22 muertos, incluido el multihomicida, es una tragedia que vuelve a sacudir al vecino país del norte ante una violencia que, como en México, ha cobrado más de 121 mil vidas, entre “abrazos no balazos”, en lo que va del sexenio.
Lo confirman las casi diarias masacres que niega que las haya, que en el transcurso del día, la noche o la madrugada se registran y multiplican en medio de la impunidad imperante en la República, en donde esos grupos criminales son los que someten y controlan por igual a autoridades municipales que estatales.
Ayer, por ejemplo, se reportó el ataque de grupos armados en un bar y un hotel de Celaya, en el que ocho hombres y tres mujeres, fueron acribillados y otro caso más en la calle de Durango en la colonia Roma de la CDMX, en la alcaldía Cuauhtémoc, en un despacho en el que una mujer y dos hombres fueron ejecutados para, presuntamente, robarles.
Después de mandar “al carajo” a quienes critican la contratación de 500 médicos cubanos tildándolos de adversarios, conservadores, neoliberales y corruptos, el Presidente anunció ayer las vacantes que se disponen para las y los mexicanos que también lo son, y que desde hace años las solicitaron.
Llamó la atención no que Ricardo Monreal, líder de Morena en el Senado, le organizara, junto con los integrantes de su bancada, un acto de apoyo a su colega con licencia, Américo Villarreal, candidato de su partido a gobernador de Tamaulipas, pero sí que lo haya hecho en la sede de esa Cámara.