Hoy participo, uno entre muchos otros participantes, entre quienes están Francis Fukuyama, Dora de Ampuero, Sergio Sarmiento, Ivabelle Arroyo, Ian Vázquez, Ana Lilia Moreno, Roberto Salinas, Valeria Moy, en el Latin American Liberty Forum 2022, patrocinado por el Atlas Network y el Centro Ricardo Benjamín Salinas Pliego, y lo hago en un panel cuyo tema es Progreso humano, alrededor del mundo y en América Latina, compartiendo ideas con Agustín Etchebarne, Esteban González y Marian Tupy, autor de Ten global trends every smart person should know, lectura recomendable para conocer, con datos duros, cuál es el estado real de la humanidad, que resulta mejor de lo que muchos creen, lo cual no quiere decir que no haya problemas y algunos graves.
Dada la limitación de tiempo, doce minutos por expositor, centraré la atención en América Latina y, partiendo de la definición de progreso económico como la capacidad para producir más (dimensión cuantitativa) y mejores (dimensión cualitativa) bienes y servicios para un mayor número de gente (dimensión social), destacaré la importancia que para dicho progreso tiene la función empresaria, siendo éste, la poca importancia que se le da a la función empresarial (de parte de políticos, intelectuales, académicos, periodistas), uno de los factores que explican el atraso económico de la región.
Otro factor que explica el atraso económico de América Latina, y sobre todo los retrocesos una vez alcanzado cierto grado de progreso, son las malas políticas económicas que ocasionan procesos de empobrecimiento, retrocesos en la cantidad, la calidad y la variedad de los bienes y servicios de los que disponen las personas para satisfacer sus necesidades, mismos que son producto de las inversiones directas, mismas que son consecuencia de la función empresarial, mismas que frenan las malas políticas económicas.
En América Latina la principal causa de empobrecimiento, de retroceso en la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen las personas para satisfacer sus necesidades, son las malas políticas económicas de los gobierno, y los ejemplos van desde Cuba hasta Venezuela, pasando por Argentina y, probablemente pronto, Chile. México no ha sido la excepción.
El común denominador de estas políticas económicas ha sido la violación del derecho individuales para producir, ofrecer y vender bienes y servicios, y del derecho de propiedad privada sobre los medios de producción necesarios para poder producir, ofrecer y vender satisfactores, violaciones propias del Estado de chueco, antítesis del Estado de Derecho, mismas que deben evitarse, para lo cual deben prohibirse, para lo cual se necesita del Decálogo para el buen comportamiento económico del gobierno, cuyo cumplimiento implica reconocer plenamente, definir puntalmente y garantizar jurídicamente los derechos de los agentes económico a la libertad individual para producir, ofrecer y vender, para demandar comprar y consumir, y a la propiedad privada sobre los medios de producción necesarios para producir, ofrecer y vender, y sobre los ingresos necesarios para demandar, comprar y consumir, decálogo que presentaré en el próximo Pesos y Contrapesos.
Continuará.