Las elecciones de 2022 fueron el antepenúltimo paso para las elecciones del 2024, únicamente nos separan las elecciones de Coahuila y el Estado de México. Mientras que Morena y sus aliados consiguieron desterrar al PRI de Hidalgo y Oaxaca, al PRD de Quintana Roo y al PAN de Tamaulipas, la alianza PRI, PAN y PRD únicamente pudo defender Durango y Aguascalientes. Sobre esto los siguientes apuntes:
Población: Luego de las elecciones de 2018, Morena, por sí mismo, gobernaba al 28% de la población distribuida en 6 gubernaturas y después de las de 2021, al 45% en 16. Ahora, Morena, PVEM y PES gobernarán al 59% de la población en 22 entidades, —Morena por sí mismo gobernará al 54% de la población en 20 estados. Al PRI, PAN y PRD, les resta gobernar al 30% de los mexicanos en 8 estados y a MC al 11% en 2 entidades. De ganar las elecciones del Estado de México en 2023, Morena, gobernaría al 68% de la población.
Desempeño electoral: De acuerdo con los Conteos Rápidos, esta elección tuvo diferencias escandalosas de votos entre el primer y segundo lugar. Las distancias son abismales en Quintana Roo (40.2%), Oaxaca (33.7%) e Hidalgo (30.4%) en donde Morena arrasó. Se moderan en Aguascalientes (18.8%) y Durango (14.4%) —triunfos de la Alianza. La única elección competida fue en Tamaulipas en donde se estima que Morena ganó por 8% de los votos. La irrelevancia de MC quedó de manifiesto en estas elecciones: únicamente compitió en Quintana Roo y la suma de sus votos, con los de la Alianza, no hubieran cambiado el resultado.
Costos: Las campañas evidenciaron al presidente del PRI, Alejandro Moreno, cuya gestión ha sido desastrosa tanto por los últimos resultados electorales, como por sus audios que dan a entender un supuesto financiamiento electoral ilícito. También queda en evidencia la dirigencia del PAN que ha optado por aliarse con su eterno enemigo traicionando sus principios e ideología a cambio de escasas victorias. Si la Alianza está abocada en ganar el 2024, no sólo es necesario que seleccionen a un buen candidato, desde ahora se ve que es urgente un cambio en su dirigencia antes de que sus escándalos y errores lo echen todo a perder.
Eficacia de las alternancias: Por último, Coahuila y el Estado de México son las últimas entidades que no hay tenido alternancia política, ambas con elecciones en 2023. El resto de los estados ya han tenido alternancias, sin que tengan un efecto notable en la calidad de los gobiernos. Una explicación es que los partidos cambian, pero los gobernadores siguen siendo de la misma élite. Por ejemplo, en estas elecciones, priistas de décadas se sumaron a una larga lista de funcionarios electos de Morena con un pasado reciente en el PRI. Difícilmente se puede transformar un sistema que los —hasta hace poco— “revolucionarios” ayudaron a construir.