La Cumbre de la OTAN, que se llevó a cabo en Madrid, finalizó con un plan de fortalecimiento militar entre Estados Unidos y Europa para, según ellos, enfrentar a Rusia y China, países que representan la próxima potencia mundial.
La Cumbre de la alianza conformada por los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y liderada por Estados Unidos y la Unión Europea, concluyó el pasado 30 de junio con un propósito: aumentar el número de militares estadounidenses en territorio europeo y detener el crecimiento de Rusia y China dentro del ajedrez geopolítico y económico en la próxima década.
Con este nuevo documento, que pretende modificar la estrategia militar y de seguridad de los países miembros de la OTAN durante los próximos 10 años, se busca revivir esta alianza militar internacional que no se había activado tan contundentemente desde la Guerra Fría y que sólo la invasión rusa en Ucrania pudo resucitar ante una amenaza latente de un enfrentamiento mundial de potencias militares.
Los países europeos preparan sus finanzas para aumentar el gasto en materia de defensa en los próximos años, mientras que Estados Unidos se compromete a aumentar su presencia militar en 2023 hasta en un 700 por ciento, al pasar de 40 mil militares, que tiene ahora oficialmente en Europa, a 300 mil soldados que llegarían al viejo continente. Así reiteraron los integrantes de la OTAN, en voz del presidente estadounidense Joe Biden, que “el ataque a un miembro es un ataque a todos los países miembros”.
La Cumbre también sirvió para definir posturas y ser claros con el nuevo estatus de Rusia que la define como una “amenaza latente que pone en riesgo la seguridad y la paz de Occidente” ante los ojos de la OTAN.
También se trató el tema de Finlandia y Suecia, países que pidieron formar parte de esa alianza militar internacional, a pesar de haberse mantenido como neutrales durante años. Anexión que Moscú reprueba y afirma que traerá consecuencias bélicas de ser aceptadas sus peticiones.
Este nuevo documento, creado durante la Cumbre de España, pone a China como otro riesgo latente para la seguridad del bloque europeo y, aunque no se fijó una postura enemiga por parte de la OTAN, se deja pendiente la revisión de esta parte del mundo con un potencial económico y militar desafiantes para cualquier potencia.
Tal parece que la Invasión a Ucrania se va a convertir en la excusa perfecta para redefinir las posturas y limitaciones geopolíticas de los países más poderosos y podría convertirse en la llamarada que comience un incendio mundial con una guerra sin precedentes por la tecnología armamentística que ya se está poniendo a prueba. La cruda realidad es que se ve muy difícil que un bando o el otro depongan las armas sin antes de llegar a un enfrentamiento internacional como ha ocurrido en el pasado de la historia oscura de la humanidad.