El 1 de septiembre iniciaron las sesiones legislativas en el Congreso. Mientras que los partidos políticos ya han entregado las agendas legislativas que trabajaron durante sus reuniones plenarias, la gran nota de este arranque no fue la presentación de la iniciativa preferente del Presidente López Obrador con relación a la Guardia Nacional, sino una presunta escisión entre los senadores morenistas y el Gobierno federal.
Este miércoles, en la reunión plenaria del grupo parlamentario de Morena en el Senado, un grupo importante de congresistas de Morena y miembros del gabinete del Ejecutivo federal, invitados al encuentro, no participaron. Entre ellos, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López; la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional. Su ausencia se dejó sentir particularmente por la discusión de la iniciativa preferente del Presidente, ya mencionada.
La falta de participación del gabinete encargado de monitorear, coordinar e implementar las políticas de seguridad pública, enfureció a una parte de la bancada de Morena, al calificarlo como una falta de respeto al Senado. La discusión se encendió al punto de que el senador César Cravioto señaló a Ricardo Monreal como el culpable de estas ausencias, por su postura crítica con relación a algunas iniciativas de la Cuarta Transformación.
Estamos, entonces, en un enfrentamiento abierto y directo dentro del partido en el Gobierno, que se antoja pueda diluir la fuerza parlamentaria del Presidente López Obrador y densificar las discusiones en el Senado de las próximas iniciativas, que resulten en cambios más allá de puntos y comas. Para quienes mantenemos una postura crítica sobre la Cuarta Transformación, estas diferencias son una buena noticia para el país. Reafirmar la autonomía del Senado se vuelve particularmente importante, cuando están en puerta reformas que pueden institucionalizar e incrementar la presencia del Ejército en el espacio público o transformar de manera nociva el sistema electoral mexicano.
Por otra parte, y dado que el Presidente López Obrador ha decidido iniciar la carrera por su sucesión de manera más que anticipada, este encontronazo puede leerse también dentro de la clave de las elecciones de 2024. La presencia del canciller Marcelo Ebrard en esta reunión, presidida por el senador Monreal, se entiende como una alianza entre dos de las corcholatas más moderadas dentro de la 4T. Si bien la balanza se inclina por Ebrard, de cara a la selección del candidato presidencial de Morena, esta coalición preliminar es interesante, pensando en el enfrentamiento que se dará entre la izquierda progresista y el obradorismo, por ocupar el espacio con mayor probabilidad de victoria, de cara a las presidenciales.