Después de que en San Lázaro avance este miércoles la reforma de la discordia sobre la participación del Ejército en tareas de seguridad, impulsada por el PRI y que dejó en suspenso la alianza Va por México, en el Senado su futuro es incierto. A decir del propio líder de la mayoría legislativa, Ricardo Monreal, los números no dan para aprobarla, porque sumando los votos de Morena, PT, PVEM y hasta PES, tienen aproximadamente 73, de modo que todavía necesitan 13 o 14 para alcanzar la mayoría calificada que requiere una reforma constitucional. La salida podría ser el PRI, pero en esa bancada hay rechazo a la reforma de su propio partido y el PAN ya dijo que no la respaldará, mientras el PRD sólo suma tres votos. Las opciones que quedan son convencer a Movimiento Ciudadano y al Grupo Plural, que tampoco la consideran positiva. Uf.
En un debate estéril
En estos días en los que está a debate la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad, hay quienes comienzan a advertir que el término “militarización” se emplee, centralmente en los espacios políticos, sólo como recurso para desacreditar. Sobre todo porque, en esa lógica, las conversaciones se centran en reprochar “quién militarizó más” o menos. No admitir que la participación creciente del Ejército en las tareas de seguridad no sólo no es nueva —lleva más de tres lustros— sino que se sigue ampliando por decisiones tomadas desde el ámbito civil, limita las posibilidades de que las tareas hoy ampliadas de la institución armada, puedan reajustarse o reencauzarse como resultado de un acuerdo amplio de todos los actores. Ahí el punto.
Apoyo a la Policía
Y es en Guerrero donde, nos comentan, se nota la relevancia que tiene el objetivo de apoyar a la policía estatal para que amplíe sus capacidades de respuesta y atención. Y es que la gobernadora Evelyn Salgado entregó patrullas y equipamiento a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal. Fueron en total 72 nuevas unidades, ocho mil 826 uniformes, 190 equipos de protección, 240 cascos, 240 chalecos balísticos, así como 92 equipos de radiocomunicación, además de 40 computadoras para la Universidad Policial del Estado. Todo el equipo, nos dicen, en el que se hizo una inversión de 215 millones de pesos, desde ayer se emplea en acciones de proximidad y vigilancia en todas las regiones de la entidad. Por cierto que durante el acto en el que se entregaron los insumos a la corporación, Salgado señaló que la convicción y el compromiso de su administración están con la construcción de paz para el bienestar. Ahí el dato.
Sandra Cuevas y el arte popular
Quien de plano trae pleito casado con el arte popular es la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas. Resulta que la funcionaria ordenó destruir tres murales que habían sido pintados en unidades habitacionales del barrio de Tepito, con la intención de mandar a elaborar otros a su gusto. Una de las obras, según lo denunció ayer la diputada del PRI Silvia Sánchez Barrios, estaba dedicada a la reina del albur, Lourdes Ruiz, una señora muy querida en el llamado barrio bravo. La alcaldesa ya enfrentaba una demanda por la destrucción de otro mural, el que estaba en el Mercado Juárez, una obra que estaba protegida por derechos de autor. Y ahora pesa sobre ella el reclamo de la legisladora priista, quien llevó el tema al Congreso local. Hay quien se pregunta si en serio no hay otros asuntos que atender en la Cuauhtémoc como para gastar el tiempo y la energía en destruir expresiones de la cultura popular. En fin.
Ni consejero morenista
Con la novedad de que Andrés Manuel López Obrador refrendó al líder nacional de Morena, Mario Delgado, que una vez concluida su gestión como Presidente de la República se retirará de la vida política y no ocupará ningún cargo dentro del movimiento que fundó. La aclaración se dio en una plática que ambos tuvieron estos días, en la cual Delgado Carrillo tuvo, según dijo, la “cortesía” de invitar al mandatario al Congreso Nacional morenista. También le comentó que muchos militantes querían que el Ejecutivo ocupara un cargo como consejero especial. Sin embargo, la negativa fue contundente e incluso le dijo que no acudirá al autódromo Hermanos Rodríguez, donde se realizarán los trabajos. Nos hacen ver que ahora habrá que ver si los grupos y facciones que conforman ese partido, aprovechando la ausencia del mandatario, no empiezan a darse con todo.
Lábaro ¿guinda?
Resulta que en el gobierno de Nayarit, a cargo del morenista Miguel Ángel Navarro, se les ocurrió mandar a hacer banderas de México sin los colores patrios, pero sí con los colores de Morena y el escudo nacional. Así como lo lee. El verde, el blanco y el rojo fueron sustituidos por guinda y blanco, lo que fue denunciado en redes sociales por decenas de usuarios, quienes pidieron a la Secretaría de Gobernación investigar el caso y aplicar la sanción que corresponda. Algunos ciudadanos y políticos vieron con preocupación que el lábaro patrio se use como estandarte político o como propaganda política. El caso, nos comentan, obligó a Navarro a publicar el siguiente mensaje en las benditas redes: “Solicito respetuosamente me acepten una disculpa pública, a nombre del Gobierno del Estado, y el mío propio, por haberse trastocado los colores de nuestra enseña nacional”. Uf.