U no de los grandes proyectos de infraestructura que el Gobierno de México impulsa es el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, de gran valor para la región y con una historia extraordinaria. Su posición geoestratégica le augura un gran futuro.
Inaugurado en el Porfiriato, como la gran mayoría de los proyectos ferroviarios de nuestro país, tiene por objeto comunicar los puertos de Coatzacoalcos, en Veracruz, y Salina Cruz, en Oaxaca. El Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec fue inaugurado en 1907 y 60 trenes atravesaban el territorio diariamente para transportar mercancías provenientes de Asia con destino a Estados Unidos.
El inicio de las operaciones del Canal de Panamá y la desatención de distintos actores por décadas, ocasionaron el abandono del proyecto. Hoy, el Corredor está más vivo que nunca y alcanza un avance físico cercano al 70 por ciento, incluida la modernización de ambos puertos, el fortalecimiento de la infraestructura que los rodea, la remodelación de la vía, la instalación de un gasoducto que abastezca a las empresas que así lo requieran, además de una línea de fibra óptica que permita la conectividad que hoy en día cualquier industria requiere.
Alejado de la polémica provocada por los opositores y gracias al talento, eficiencia y determinación de sus encargados, el proyecto avanza por buen rumbo. El Corredor Interoceánico se convertirá en una plataforma logística que integrará ambos puertos elevando la eficiencia de sus operaciones, atrayendo inversiones, generando empleos y dinamizando la región.
Mucho se ha hablado del rezago que los proyectos ferroviarios han sufrido en nuestro país. A pesar de que no se ha invertido, planeado y ejecutado de manera decidida en el sector a lo largo de muchos sexenios, con base en cifras del Foro Internacional del Transporte, nuestros ferrocarriles transportan más carga que los franceses, italianos, españoles y austriacos sumados. La densidad física de nuestros ferrocarriles de carga está por arriba de la brasileña, la rusa y la china, y sólo por debajo de la que caracteriza a la Unión Europea, a India y a Estados Unidos.
El ferrocarril es pieza clave del desarrollo en distintas partes del mundo. Su utilidad tanto para el transporte de carga como de pasajeros ha sido completamente acreditada. Este modo de transporte cuenta con tarifas competitivas, seguridad, bajo impacto ambiental y baja siniestralidad.
El Corredor Interoceánico permitirá ahorrar tiempo a todos aquellos que provenientes de Asia quieren hacer llegar sus mercancías a la costa este de Estados Unidos. Una vez más nuestra posición geográfica, tratados de libre comercio y vecindad con Estados Unidos, se presentan como nuestras grandes fortalezas. El Corredor Interoceánico traerá consigo bienestar a una zona de nuestro país que lo requiere con urgencia. Necesitamos extender nuestra red, incrementar su capacidad y garantizar la seguridad en las vías para dinamizar el sector. El proyecto camina por el sendero correcto y abona al abatimiento del gran rezago que por décadas diversos actores consintieron y provocaron en nuestro sector ferroviario. Buena noticia, el Corredor avanza en la ruta correcta.