Las mujeres en Irán salen a las calles

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Las imágenes desde Irán son insólitas. Miles de manifestantes, la gran mayoría jóvenes y en particular mujeres, han salido a las calles a protestar contra el régimen teocrático del Ayatola y contra la represión religiosa en el país. En las redes sociales comenzaron a circular videos de mujeres quitándose el velo y cortándose el pelo, y en las calles las mujeres, descubiertas, han tomado el liderazgo de las protestas, algo que hasta este momento no se había visto en Irán.

Las manifestaciones comenzaron en el noroeste del país, después de que se hiciera pública la muerte de Mahsa Amini, una mujer kurda a quien la policía detuvo por no portar el velo obligatorio en la calle, y quien muriera durante su detención, supuestamente después de haber sido fuertemente golpeada. El enojo pronto se extendió hacia la capital del país, donde día con día han crecido en número las manifestaciones.

El régimen en Irán se ha vuelto cada vez más opresivo desde la llegada al poder de Ebrahim Raïssi en 2021. Durante el gobierno del presidente Hassan Rouhani (2013-2021), Irán intentó mirar hacia Occidente, firmando un acuerdo con las potencias para controlar su programa nuclear a cambio de un relajamiento de las sanciones económicas. Sin embargo, con la sorpresiva salida de Estados Unidos del acuerdo durante la presidencia de Trump, el ala más moderada del gobierno perdió fuerza, y en las elecciones del 2021 el Ayatola ungió a un político conservador para dirigir al país. Los candidatos a la presidencia en Irán tienen que contar con el apoyo del Consejo de Guardianes, un grupo de clérigos conservadores, lo cual prácticamente impide la entrada de figuras opositoras a la política. Menos de 50 por ciento de los iraníes participó en la última elección, un importante signo de la desesperanza de millones ante el sistema político.

Las sanciones han diezmado aún más a la economía iraní y, en reacción a la enorme crisis económica que azota al país, han habido ya varias olas de protestas. La última de éstas, en 2019-2020, dejó según estimaciones más de 1,500 muertos a manos de las fuerzas de seguridad. La respuesta del gobierno y el Ayatola ha sido incrementar sus políticas de represión, en particular contra las mujeres. Con el objetivo de aumentar el número de nacimientos en el país (1.6 hijos por mujer), el gobierno prohibió los abortos y las vasectomías en 2021; además, el ala de la policía encargada de las normas de modestia ha incrementado su presencia y la severidad de sus castigos, culminando en la muerte de Amini.

A pesar de que a los ojos occidentales las protestas pueden parecer alentadoras, en realidad son sólo una victoria momentánea para los manifestantes, un momento de libertad y euforia que no promete durar. China y Rusia, temerosos de lo que pueda suceder en sus propios regímenes, buscarán fortalecer al régimen y, en el contexto de las negociaciones para el regreso al tratado nuclear, los manifestantes tampoco podrán esperar mayor apoyo de Occidente. El futuro de los iraníes está a la mano de una población cansada y empobrecida que se enfrenta a un aparato de seguridad casi imposible de vencer.

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