Lo que parecía imposible, hoy para muchos es increíble. El pasado 19 de septiembre una vez más, nuestro territorio fue epicentro de un sismo de gran magnitud. Hasta hace algunas horas, se habían presentado más de 2 mil réplicas de este último sismo magnitud 7.7 que tuvo su epicentro (sitio donde se libera la energía) en Michoacán.
El gran doctor Carlos Valdés (a quien recomiendo seguir, leer y escuchar), uno de los hombres más preparados de nuestro país en estos temas, hacía un valioso recuento de estas “coincidencias”, yendo mucho más allá de los 3 sismos que más recordamos registrados un 19 de septiembre (digo que más recordamos porque han sido 4, uno de magnitud 6.3 en 1993). El 21 de enero de diferentes años se registraron 3 sismos de gran magnitud (magnitud 6 o mayor), el 18 de febrero, 4; el 29 de abril, 3; el 8 de mayo, 4; el 19 de mayo, 3; el 14 de junio, 3; el 7 de junio, 7; el 25 de julio, 3; el 28 de agosto, 4; el 23 de septiembre, 5; el 30 de septiembre, 3; el 27 de octubre, 3; el 1 de noviembre, 3; el 10 de diciembre, 3; el 11 de diciembre, 3; el 14 de diciembre, 3; el 16 de diciembre, 3 y el 31 de diciembre, 3. Podemos concluir con base en estos datos, que la coincidencia del 19 de septiembre no es tan sorprendente.
Nuestro gran Servicio Sismológico Nacional (una de las grandes instituciones de nuestro país, perteneciente a la Universidad Nacional Autónoma de México, que merece todo nuestro apoyo y reconocimiento) nos revela valiosísimos datos. En lo que va del presente año, en México se han registrado 20 mil 97 sismos. ¿En septiembre tiembla más? En los primeros 25 días del presente mes de septiembre se registraron 1,967 sismos, aproximadamente 500 menos que en el mes de enero de este mismo año. En 2017, el mes de más sismos fue septiembre con 5,855, en el 2018 fue febrero con 4,304, en el 2019 fue marzo con 2,758, para el 2020 fue febrero con 6,203 y durante el 2021 fue septiembre con 3,195.
Lo reportado por el doctor Valdés, las estadísticas de nuestro Servicio Sismológico y los estudios de nuestra Universidad refrendan una y otra vez lo que mucho nos cuesta escuchar: los sismos no se pueden predecir, no se pueden pronosticar y nadie puede determinar cuándo, dónde y en qué magnitud va a temblar, lo que nos obliga a prepararnos, a planear lo que segundo a segundo realizaremos en caso de un alertamiento sísmico o un sismo, estemos donde estemos.
Si al leer esto no sabes exactamente qué debes hacer si en este instante tiembla o suena la alerta sísmica, estás en riesgo y debes de inmediato mitigarlo. Los desastres no son naturales, los desastres se construyen, y las herramientas más importantes para enfrentarlos son la prevención y la preparación. Un reconocimiento a todos aquellos que trabajan intensamente para que nosotros podamos vivir más seguros.