Celebremos al INE… y sigamos defendiéndolo

ENTRE COLEGAS

Horacio Vives Segl*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Octubre suele ser un mes interesante y cargado de efemérides y actividades sustantivas para el INE.

De entrada, hay dos aniversarios clave en su historia institucional: en 1990, el 11 de octubre, fue creado el Instituto Federal Electoral, en sustitución de la Comisión Federal Electoral; y, en 1996, el 31 de octubre, tomó posesión el primer Consejo General presidido por un ciudadano, José Woldenberg, lo que marcó la histórica salida definitiva del secretario de Gobernación de la autoridad administrativa electoral federal en el país. Son de celebrarse, pues, sus 32 años de existencia y, sobre todo, los 11 procesos electorales federales y varias decenas de procesos locales exitosos, de hecho, cada vez más, a pesar de los contextos de exigencia crecientemente desafiantes.

Es también un mes de importantes celebraciones en otros aspectos de la consolidación de la democracia en nuestro país. Hace dos días se cumplieron apenas 69 años del cambio legal que posibilitó el voto de las mujeres en México (¿en qué limitada democracia el “sufragio universal” excluye a la mitad de la población?). También este mes, hace un par de semanas, el INE llevó a cabo un homenaje para Alonso Lujambio, en ocasión de su décimo aniversario luctuoso. Habla muy bien de las instituciones que sean agradecidas con aquellos que contribuyeron en algún momento a consolidarlas, particularmente, ante retos que requerían respuestas innovadoras, contundentes y hasta audaces.

Por otro lado, hace unos días, fue presentado un estudio fundamental para entender el estado actual de la democracia y de la cultura cívica en México. Se trata del Informe País, en la edición correspondiente a 2020, auspiciado por el INE y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), de la autoría conjunta de Karolina Monika Gilas (UNAM), María Fernanda Somuano (Colmex), Rodrigo Castro (CIDE), Alberto Aziz (CIESAS) y Ernesto Isunza (CIESAS).

El Informe País es relevante por varias razones. Permite empezar con una serie de tiempo —dado que el primer y anterior ejercicio se realizó en 2014— para observar la evolución de distintas instituciones y conductas que son fundamentales para entender el estado actual de nuestra democracia. Resulta por demás interesante sumergirse en todas las evidencias que reporta el estudio y comparar los distintos contextos globales entre ambos levantamientos. En la edición de 2014, primaba un fuerte desencanto con la democracia y el peligroso ascenso de los populismos autoritarios. Este informe es un instrumento muy robusto, que permite evaluar conclusiones y trazar la ruta de una reingeniería institucional, para enfrentar los desafíos que el país presenta en cuanto a la calidad de participación ciudadana, la representación política y la consolidación de una cultura con valores democráticos. También es relevante porque permite una virtuosa colaboración y sinergias entre organismos constitucionales autónomos, como el INE y el Inegi, reductos de eficacia técnica y profesional que hay que preservar.

Lo que sí en definitiva es motivo de orgullo, es que una vez más se evidencia la creciente confianza que la ciudadanía mexicana tiene en sus autoridades electorales: que el INE sea la institución civil más apreciada y que sea un referente global como garante del respeto a la voluntad ciudadana, que a través de su voto erige gobiernos y congresos. Nada más y nada menos que eso.

Finalmente, lo que no es exclusivo de esta temporada, es la necesaria defensa que se hace y que se debe de robustecer, ante el asedio al que el INE es sometido por parte del Gobierno federal, y decir “NO” a cualquier reforma electoral que tienda a minar la capacidad y solidez institucional del INE como baluarte de la democracia en México.

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