El silbato del tren

JUSTA MEDIANÍA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

El silbato del tren suena violento e intenso en los cruces de las comunidades del Estado de Michoacán. Ese instrumento de seguridad funciona para prevenir accidentes y como un sistema de comunicación entre integrantes del sector ferroviario. Son los ferrocarriles, y las mujeres y hombres que trabajan en ellos, que fungen como elementos fundamentales de la economía nacional.

Ese sonido característico hoy nos avisa además de lo evidente, que los tres niveles de gobierno han realizado un trabajo extraordinario para atender las causas de los conflictos sociales, escuchar todas las voces, dialogar con distintos actores y garantizar el Estado de derecho. Las acciones realizadas han dado resultados y la confianza de diversos actores se restablece poco a poco.

Este lunes 31 de octubre se cumple un año de mantener libres de bloqueos las vías de tren en Michoacán. Los últimos bloqueos tuvieron lugar en Uruapan y en Pátzcuaro, con una duración de 91 y 37 días, respectivamente. Las consecuencias provocadas fueron profundas, afectando cadenas logísticas, mercados, empresas y gran número de empleos.

Seguramente de manera progresiva, el tren que recorre los municipios michoacanos incrementará el volumen de la carga transportada, beneficiando con ello a distintos actores involucrados en el sector. El Puerto de Lázaro Cárdenas se ha convertido por sus niveles actuales de operación y el potencial que su futuro representa, en el puerto más importante de nuestro país, mismo que demanda una conectividad eficiente.

Si bien las cadenas logísticas requieren distintos modos de transporte, el ferrocarril es especialmente eficiente en cuanto a consumo de combustible, muy conveniente en recorridos realmente largos, y tiene un menor impacto ambiental y menor número de siniestros en comparación con otros similares. Es el ferrocarril un eslabón fundamental dentro de la cadena de transporte intermodal. Ideal para materias primas sin procesar o cargas extra pesadas y productos a granel.

México cuenta con más de 26 mil kilómetros de vías de tren, entre las que se encuentran 3 mil kilómetros fuera de operación. Más del 60 por ciento de los kilómetros de vías está concesionado. Nuestros ferrocarriles son pieza fundamental del comercio exterior, siendo la mayoría de la carga transportada, mercancías de importación. Del total de carga transportada en nuestro territorio, los vagones se hacen cargo de cerca del 14 por ciento, los barcos, del 30 por ciento y el autotransporte carretero, de más del 55 por ciento.

La primera concesión ferroviaria otorgada en nuestro país data del año de 1837 durante la administración del presidente Anastasio Bustamante. Diversos esfuerzos se conjuraron y para el año de 1910, México ya contaba con más de 20 mil kilómetros de vías férreas. Fue el presidente Cárdenas quien decidió nacionalizarlos; en sentido contrario, el presidente Zedillo decidió emprender la privatización de los mismos.

En el sistema de comunicación del sector ferroviario, la secuencia de dos pitidos largos, uno corto y uno largo, significa que el tren está en movimiento y por cruzar cierta intersección. Que el silbato del tren nunca deje de sonar.

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