El arraigo de esta frase en la mente de cierto grupo de mexicanos nos habla del gran servicio que esta institución ha brindado a millones de familias en nuestro país. La Cruz Roja siempre contesta al llamado de emergencia de quien más lo requiere. Esta noble institución se fundó en nuestro país en el año de 1910, reconocida mediante un decreto presidencial. Una institución de asistencia privada no gubernamental, que ha constituido redes de voluntarios y recepción de donativos para canalizarlos en programas y servicios que buscan preservar la salud de los mexicanos, especialmente los más necesitados.
Las mujeres y hombres que la integran han estado presentes en el territorio mexicano en los momentos de mayor apremio: el sismo de 1985, el de 2017 y la pandemia por Covid-19, entre muchos otros. Incontables eventos de deslizamientos de laderas, incendios, accidentes automovilísticos e inundaciones han sido atendidos por ellos.
Si vamos a la hemeroteca y realizamos una búsqueda o un barrido de las imágenes de los desastres más dolorosos por los que han atravesado nuestras comunidades, encontraremos en prácticamente todas ellas tres elementos: una sociedad solidaria, unas Fuerzas Armadas volcadas en apoyo a la población civil y a los voluntarios de la Cruz Roja tendiendo la mano a quien más lo necesita.
Entre muchas otras, una de sus grandes fortalezas radica en contar con un grupo certificado de búsqueda y rescate de personas en estructuras colapsadas (USAR, por sus siglas en inglés: Urban Search And Rescue), mujeres y hombres sumamente valiosos por su gran capacidad para atender a víctimas en espacios confinados a causa de explosiones, derrumbes o sismos.
La Cruz Roja está presente en todas las entidades de la República Mexicana y entre su catálogo de servicios se encuentran la capacitación, la realización de análisis clínicos, los ya por todos conocidos servicios de emergencia, y las atenciones hospitalarias, que van desde curaciones hasta operaciones.
Personalmente he tenido la oportunidad de ser capacitado por su personal y de compartir momentos de extrema urgencia con ellos, siendo testigo de su solvencia técnica, moral y profesional.
Para todos ha sido complejo atravesar la pandemia e intentar recuperarnos, y la Cruz Roja no ha quedado exenta. Hoy más que nunca, son ellos quienes requieren de nuestro apoyo, mediante nuestra participación en sus colectas que les permitan fondear los valiosos servicios que nos prestan.
Específicamente, la Delegación de la Ciudad de México ha enfrentado una situación de apremio dado el incremento en la atención de servicios gratuitos y los retos que la atención del Covid-19 en la capital del país implicó. Solamente en el año 2021, los especialistas de la Cruz Roja Mexicana atendieron en la Ciudad de México más de 50 mil eventos, ¿quién lo haría si no ellos? Cerca de 45 mil voluntarios en el país, aproximadamente 2 mil 500 vehículos y poco más de 500 delegaciones en el territorio nacional, atienden más de 500 mil eventos en solamente un año.
Es nuestro momento de auxiliar a la Cruz Roja, si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará?