¿Cómo le hicieron los demócratas?

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Es difícil pensar un contexto menos favorable para los demócratas para la elección de este martes. Las elecciones de medio término, históricamente, suelen ser un reto para el partido en el poder; a esto se le sumó la baja popularidad del presidente Biden, quien desde la fatídica salida de Estados Unidos de Afganistán no ha logrado reponerse, además de la inflación ascendente y los altos precios de los energéticos.

Sin embargo, los demócratas tuvieron un desempeño inesperado. Faltan días, tal vez semanas, para saber con certeza quiénes tomarán el poder en ambas cámaras. Sin embargo, el sólo hecho de que los demócratas estén en la pelea por la Cámara de Representantes es sorpresivo. Para ponerlo en contexto, Obama perdió 63 asientos en sus primeras elecciones de medio término, Clinton 52 y Reagan 26. Además, los demócratas consiguieron importantes victorias en particular en el medio oeste, ganando las gubernaturas de Michigan, Wisconsin y Pensilvania, todos estos estados clave para la elección de 2024.

Es difícil aún saber a ciencia cierta qué factores les permitieron a los demócratas resistir a pesar del difícil contexto económico, aunque tres resaltan en particular: la decisión de la Suprema Corte de eliminar el derecho al aborto en el ámbito federal, que se convirtió de un día al otro en la principal bandera del partido contra los republicanos; el rechazo a las candidaturas de decenas de candidatos republicanos, quienes se negaron a reconocer la victoria de Biden; y la figura de Trump, que sigue siendo la mejor arma del partido para sacar a los votantes demócratas a las urnas. Esta combinación, junto con una buena operación del partido y el aumento significativo de jóvenes que salieron a votar (grupo que favoreció a los demócratas por más de 30 por ciento) les dio un resultado inesperado. Además, varios analistas han apuntado que la baja calidad de los candidatos republicanos, muchos de ellos de extrema derecha y con un récord inadecuado, contribuyó también al resultado, así como los bajos niveles de desempleo a pesar de la inflación.

Parece además difícil que los demócratas hubieran conseguido este resultado sin el liderazgo de Nancy Pelosi, la líder de la Cámara de Representantes, y la mejor operadora política de Estados Unidos en las últimas décadas. Pelosi se ha convertido en el demonio de los republicanos. En una entrevista un día antes de la elección, días después de que un hombre de extrema derecha atacara a su esposo, de 82 años, con un martillo, dejándolo gravemente herido, Pelosi respondió en una entrevista en la televisora CNN: “Sabía que yo corría peligro, he sido el blanco por mucho tiempo porque soy muy efectiva. Soy una pródiga del proceso legislativo y del proceso para conseguir los recursos —intelectuales, financieros o políticos— para ganar elecciones. Así que me quieren poner un alto”. De la mano de Pelosi, los demócratas salieron a defender a la democracia estadounidense de quienes trataron de dañar la legitimidad del sistema; por el momento parece que han ganado esta batalla.

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