M ás allá de discutir si fueron cientos de miles los participantes en la marcha dominical en defensa del INE y la democracia en la Ciudad de México y en medio centenar de otras del interior del país; los 10 o 12 mil que contó Martí Batres o los 60 mil que le dijeron al Presidente que asistieron, esa contundente declaración de Ricardo Monreal, líder de Morena en el Senado, de que éste estudiará minuciosamente el proyecto de Reforma Electoral “para no avalar algo que incursione en regresiones ni conquistas ciudadanas”, fue respuesta a los reiterados reclamos escuchados y vistos en mantas, carteles o pancartas.
Desde el viernes pasado, el legislador zacatecano, quien también preside la Junta de Coordinación Política en la sede senatorial, había advertido que de prosperar esa reforma en la Cámara de origen, la de Diputados, “aquí vamos a revisar bien lo que se apruebe allá y no deberá extrañar a nadie que nuestra actitud sea en beneficio de la patria y la democracia del país”, lo que fue un claro mensaje que, a querer o no, frenará la pretensión de controlar el INE a partir de la imposición de consejeros electorales y la desaparición de institutos y tribunales estatales.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Como se esperaba, la marcha de decenas de miles de personas en contra de la Reforma Electoral, caló tanto en la mañanera de inicio de semana, que comenzó con otra andanada contra convocantes y participantes, al calificar de “striptease del conservadurismo en México” en el que, admitió que participó mucha gente y que el INE fue una excusa, porque en el fondo, fue contra de la 4T y que “lo que más le molesta es la hipocresía, la simulación”.
Desmintió al secretario de Gobierno de CDMX, Martí Batres, sobre el número de asistentes, al asegurar, primero, que “no fue mucha gente” y luego calcular que eran “como unos 50 o 60 mil”, al asegurar que el Zócalo se llena con 125 mil, con lo que echó abajo las cifras que Morena suele manejar cuando atiborra ese espacio con supuestamente entre 200 y 230 mil personas, que no cabrían ni una sobre otra.
Tras su cálculo de asistentes, dijo que ojalá se propongan ir al Zócalo porque eso requiere de perseverancia, de no cansarse, exige de muchas fatigas y exhortó a los convocantes a que “organicen otra y ahora sí al Zócalo”, seguro de que no lo llenarían, aunque los que participaron anteayer, seguramente no habrían dejado espacios libres en ese histórico lugar.
Y aunque el Gobierno no espía, ayer presentó fotografías y nombres de personajes asistentes a marchas aquí y en capitales y municipios del país. Ah, pasó la marcha y levantan contingencia.