Experimento humano en Qatar

ANTROPOCENO

Bernardo Bolaños*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Asientos en estadios a cielo abierto con aire acondicionado individual, pero producido con paneles solares. Será un lujo ver en vivo los partidos, aunque luego tengan que regresar al hotel en avión, hasta Dubai o Kuwait, porque sólo los fifís de primera alcanzarán hotel en Qatar y, los demás, tardarán horas en llegar a sus camas en otro país.

¿Poner aire acondicionado en estadios no techados significa lanzar a la atmósfera toneladas de contaminantes? Las autoridades qataríes lo niegan. Desarrollaron una nueva tecnología que refresca directamente al aficionado y a la cancha, pero no dilapida energía en el resto del estadio. Además, al parecer el sistema forma una burbuja térmica que no deja escapar el calor. Julien Jreissati, de Greenpeace Medio Oriente, dice que eso es greenwashing o lavado de cerebro con jabón verde, pues aunque no se emita bióxido de carbono, gracias a que se utilizarán paneles solares, se producirían supuestamente otros gases de efecto invernadero más nocivos para el clima que el CO2. Pero la verdad, querido lector, desconozco a qué gases haga referencia Jreissati y dejo que su afirmación la revisen los químicos de la atmósfera.

Hemos pedido celdas fotovoltaicas para producir energía, los estadios de Qatar cuentan con ellas. Creo que si los ambientalistas rechazamos todo esfuerzo, otros simplemente nos ignorarán y se quedarán usando las peores tecnologías, pues finalmente nada nos contenta. Como lo veo en Estados Unidos y Canadá, donde no están prohibidos los calentadores a cielo abierto en las terrazas de los restaurantes y donde la gente puede andar en ropa de playa dentro de sus casas, con la calefacción a todo lo que da (en vez ponerse un maldito suéter para ahorrar energía). Esta última gente no escucha al IPCC, ni la conmueve Greta Thunberg, son peores que quienes hacen un esfuerzo.

Aunque habrá cada vez más golpes de calor mortales, no podemos abusar del aire acondicionado para evitarlo porque entonces, en el futuro, habría más calentamiento y muchísimos más golpes de calor. Por lo tanto, es estratégico probar en Qatar la climatización focalizada. Saldrán de allí lecciones para las regiones más amenazadas por golpes de calor, simples o mezclados con alta humedad: el subcontinente indio, la península arábica o aquí en México, de Sonora a Tabasco, pasando por San Luis Potosí, Yucatán o Veracruz. Gran parte del territorio nacional es foco rojo mundial de golpes de calor con humedad.

Y, sin embargo, estamos tan retrasados en esas investigaciones, que ni siquiera sé cómo traducir del inglés wet-bulb. Digamos: “temperatura del termómetro mojado”. Si a un termómetro lo envolvemos en un trapo húmedo de agua caliente, obviamente reflejará el calor de ésta. Necesitamos que se seque para que el instrumento detecte el exterior. La gente en Tuxpan o Choix, en Empalme o Villahermosa, van caminando como termómetros empapados de agua caliente. Sólo que los humanos nos “descomponemos” cuando nuestro cuerpo marca, como máximo, 42.5°C. Hasta ahí llegamos como termómetros.

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