El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que preside de manera interina el Comisionado Javier Juárez, ha preferido interpretar de manera equivocada la autonomía que le confiere la Constitución.
Si alguna vez Andrés Manuel López dijo que el IFT resultaba oneroso, Juárez le está dando la razón: el regulador que fue creado en 2013 con el propósito de constituirse como un órgano técnico especializado alejado de cualquier tipo de presión política, empresarial o coyuntural, ha optado por creer que esa autonomía sólo es un vehículo útil para hacer lo que quiera, sin necesidad de rendirle cuentas a nadie.
La indiferencia mostrada por el Senado de la República para designar a quién debe fungir como Presidente del IFT, el cual estaría legitimado para conducir de manera adecuada el órgano y, a su vez, obligado a dar la cara ante el Congreso de la Unión, ha abierto la puerta para que al interior del IFT se cometan todo tipo de abusos. El señorío de pequeños señores, pues.
Mis lambiscones son mis lambiscones. Uno de esos abusos, que mantiene sumamente preocupada a la industria de las telecomunicaciones, la radio y la televisión, es la pérdida de expertise al interior del IFT originada por la salida de muchos funcionarios de alto nivel. Y es que, desde que Javier Juárez asumió de manera interina la presidencia, se ha forzado la salida de Titulares de Unidad y Directores Generales del IFT, por razones estrictamente personales y no profesionales.
Es decir, “me caes gordo, te corro”. Es así que, tan sólo en este año, el IFT ha desechado más de 200 años de experiencia y conocimiento técnico especializado sólo para colocar a personal balín.
En sustitución de dichos cuadros altamente especializados, Javier Juárez, ha colocado a algunas personas cuyo único mérito es su cercanía personal con él, lambiscones, pues, como es el caso del ahora titular de la Unidad de Concesiones y Servicios, Álvaro Guzmán, funcionario que en años previos salió de un cargo de menor nivel dentro de esa misma área.
Y eso que lo corrieron como consecuencia de la parálisis en la que mantenía a la industria de la radio y televisión mexicana por la falta de atención de diversos trámites que redundaban en un beneficio para las audiencias.
Álvaro Guzmán, se ha encargado ahora de replicar el modelo de forzar la salida de funcionarios al interior de dicha unidad, con base en aspectos personales y no profesionales. Son dos Directores Generales a los que, hasta el momento, ha exigido sus renuncias, el último de ellos, Gerardo López Moctezuma, reconocido ingeniero del sector con más de 25 años de experiencia en el regulador.
El desprendimiento, sin razón profesional alguna, de conocimiento técnico y experiencia acumulada en sectores tan complejos como lo son las telecomunicaciones y la radiodifusión son aspectos que no han pasado desapercibidos en San Lázaro. Diputados de la fracción mayoritaria del Congreso, Morena, ya preparan acciones para evitar que este tipo de acciones persistan al interior del IFT, que ha caído en ese tipo de abusos a partir de una autonomía mal entendida.
Aquí sólo una parte de los abusos de los reyezuelos.
Prosa en lo electrónico. Pues en tres años se espera que los pagos electrónicos se incrementen 52%, de los cuales 6 de cada 10 se realizarán a través de dispositivos móviles, de acuerdo al análisis presentado por Enrique González, director comercial Adquirente de Prosa, procesadora de transacciones electrónicas a cargo de Salvador Espinosa y organizadora de la tercera edición del webinar Prosa 2022 con el tema “E-Commerce: crecimiento imparable”.
Frente a la expansión de los pagos en tiempo real en México, Erick Mackinney, country manager de la plataforma de pagos Adyen, destacó que este tipo de pagos se caracterizan por iniciarse y liquidarse de manera instantánea y advirtió que, aunque México ha tenido varios participantes innovadores, todavía existen diferentes limitantes a nivel regulatorio y tecnológico”.
José Antonio Murillo, CEO de Rappicard México, dijo que nuestro país está preparado para las superapps y el ejemplo más cercano es Rappi, al contar con RappiCard, tarjeta digital que se puede solicitar en menos de dos minutos y, en caso de ser autorizada, se recibe el plástico en menos de una hora a través de la red de RappiTenderos. A dos años de haber iniciado, ya tienen más de 700 mil tarjetas activas.
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