L a diaria referencia al por fortuna frustrado atentado a Ciro Gómez Leyva, por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador para negar que fuera un crimen de Estado o eludir que se le vincule a ese cobarde hecho, le ha servido para distraer la atención de desatinos en política exterior con varios países, Perú hoy; España, siempre, y de reiteradas críticas a Estados Unidos y a su homólogo, Joe Biden, quien a principios de enero estará en México, junto con Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, para participar en la Cumbre de las Américas.
No parece preocuparle tanto que se investigue quién o quiénes intentaron acabar con la vida del reconocido comunicador de Imagen Televisión y Radio Fórmula, sino aprovechar lo sucedido para arremeter contra periodistas y medios de comunicación, y así lograr que se desvíen temas como la expulsión del embajador de México en Perú y la exigencia de ese país de que deje de entrometerse en él; la réplica del gobierno español por su insistencia en mantener “en pausa” las relaciones diplomáticas con ese país o la imparable violencia de grupos criminales que incendian poblados y obligan a sus habitantes a desalojarlos.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
Desde su natal Zacatecas,que de meses atrás ha sufrido las peores atrocidades de grupos criminales, Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena en el Senado, lanzó una gran convocatoria para que esa Cámara del Congreso revise la estrategia de combate a la delincuencia y se logre una mejor coordinación entre las autoridades de seguridad en sus distintos niveles y órdenes de gobierno, “para enfrentar lo que está pasando en el país”.
En un video grabado desde allá, sostuvo que la principal demanda ciudadana y reclamo de los mexicanos —a lo largo y ancho del territorio nacional— es el de seguridad pública, que no se puede ni debe desestimar, por lo que instó a recuperar paz y tranquilidad, y revisar el plan de seguridad pública del Gobierno.
Más que cabotaje, es un verdadero sabotaje a las aerolíneas mexicanas esa iniciativa que el Ejecutivo federal envió a la Cámara de Diputados, para que las extranjeras puedan cubrir rutas en el interior de la República, lo que más pronto que tarde llevaría a algunas de aquellas a la quiebra. Peor aún si, como dicen, es por el enojo presidencial de que desdeñen el AIFA.
¿Tan incapaces o temerosos son hoy los priistas para remover a su dirigente nacional, por los excesos partidistas a los que ha llegado Alito, que viola estatutos y acuerdos, hace lo que quiere?