Agridulce navidad, simulación iluminada y logros ensombrecidos

GENTE COMO UNO

Mónica Garza*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Esta Nochebuena será para muchos mexicanos la primera reunión en familia, después del Covid-19 que nos mantuvo atentos a los contagios, que aunque han aumentado en las últimas semanas, no ensombrecen un renovado ánimo de celebración por el fin de año.

Aunque se vaya marcado por 45,929 ausencias, que son los homicidios ocurridos en un México donde la violencia no dio tregua de enero a noviembre, como un cáncer que desarrolló tumores prácticamente inoperables.

Uno de ellos en Zacatecas, cuyos narcobloqueos en diferentes vías contagiaron entidades como Durango y hoy tenemos un país con fronteras internas blindadas, como fuertes medievales de muros ensangrentados.

No por nada nuestro vecino del norte durante el año emitió 15 alertas a sus ciudadanos por violencia en México, hablando muy mal de nosotros…

Este 2022 la violencia de género también aumentó en un 13.2%. Hasta noviembre pasado se contabilizaron 878 feminicidios y cada día del año que termina, 340 mujeres fueron víctimas de algún ataque, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Por eso seguimos marchando, denunciando, exhibiendo y exigiendo a una autoridad que no siempre parece estar dispuesta a reconocer la dimensión del problema, ni acompañarlo y la justicia sigue quedando como uno de los grandes pendientes.

No menos adverso está el clima para los periodistas. Este año se fueron 17 de manera violenta y prácticamente todas las muertes están relacionadas con la profesión de las víctimas. Un año más somos el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo.

La Verbena Navideña del Zócalo capitalino, durante su apertura el pasado 17 de diciembre.

La estridencia del ataque contra el periodista Ciro Gómez Leyva en la Ciudad de México y el mensaje que esto envió sobre el estado de las cosas en nuestro país, fue contundente no sólo en el hecho, sino en la reacción en consecuencia de la máxima autoridad en México.

Yo me pregunto:

¿Qué envenenará tanto el pensamiento del Presidente López Obrador antes de tomar el micrófono cada mañana, para nublar de semejante forma su discurso sobre los comunicadores, y hacer que se lastime tanto a sí mismo con sus propias palabras?

Él mismo no lo merece…

¿Es ésta la transformación a la que se refiere? ¿En qué nos estamos transformando realmente?… ¿Hacia dónde vamos de esta forma?

¿A ser un proyecto de país que seduzca tan poco como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles?; ¿a pintar un cuadro de país tan inconcluso como la refinería Dos Bocas en Tabasco que no termina de completarse como la gran ilusión que es? —casi 200 días han pasado sin que logre los frutos prometidos—.

¿A viajar sólo con la imaginación por el sureste del país, en un Tren Maya que no tenga deudas de daño ambiental, como las que prometió no incluir?, porque la realidad no alcanza…

¿Se trata de callar voces y a la vez simular “humanismo”?… como el reparto de regalos de una cena navideña entre los miembros de una familia que no se quiere, pero se abraza porque “es Navidad” y es la tradición. ¿Vamos entonces a seguir con esta dañina tradición?

Lástima, porque así palidecen los que sí fueron grandes logros este año en materia de justicia y derechos humanos. Nadie está hablando de eso y fue realmente titánico el esfuerzo de quienes lo consiguieron.

Me refiero por ejemplo a la aplicación de la justicia en casos tan dolorosos como el de Gonzalo García Hernández, Juan Luis López García y Héctor Muñoz Muñoz, quienes abandonaron la tarde del jueves pasado la cárcel de Macuspana, gracias al amparo liso y llano que les otorgó la SCJN, luego de pasar 7 años en prisión por el delito de intento de secuestro, sin pruebas suficientes.

Mismo triunfo para Aurelia García Cruceño, mujer indígena guerrerense que pasó 3 años presa, acusada de “homicidio por parentesco” al sufrir un aborto involuntario en 2019. Ella es la primera mujer en obtener libertad, gracias a la despenalización del aborto que este 2022 alcanzó su legalidad en 11 estados.

Nuestro país dio el “SÍ” a la diversidad —ésa otra libertad de expresión—, al aprobar en todo el territorio el matrimonio igualitario y prohibir las terapias de conversión al agregar los “Delitos contra la orientación o la identidad de género de las personas” al Código Penal Federal mexicano y también reformar la Ley General de la Salud.

México hizo historia este año con el primer juicio penal para castigar el maltrato animal, sentenciando al acusado a 10.5 años de prisión y un pago de 2.4 millones de pesos como reparación del daño por el asesinato de dos perros rescatistas de la Cruz Roja Mexicana.

En 2022 en México también pasaron cosas buenas, ¡muy buenas!… pero cuando la ira obsesiva sale a comerse todo de un bocado mañanero, hasta las buenas acciones quedan en la sombra…

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