Ya inició la carrera rumbo a la presidencia de Estados Unidos para el 2024 y Donald Trump busca nuevamente la candidatura del Partido Republicano.
Nuevamente Ataca en discursos de campaña
Su discurso no lo cambia y nuevamente arremete contra México, es una narrativa que funciona con su base electoral.
Apenas el sábado pasado el expresidente realizó en New Hampshire su primer evento oficial rumbo a los comicios de 2024, ahí dijo que presionó al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador para obligarlo a frenar a los cientos de migrantes que se dirigían a la frontera sur de Estados Unidos.
Asegura Trump que en una conversación con López Obrador le dijo: “Necesitamos 20 mil soldados y queremos que todo el mundo se quede en México y que nadie venga a Estados Unidos. Y le dije: si no lo aprueban, vamos a imponer aranceles a todos los vehículos que están vendiendo en nuestro país, y vamos a imponer aranceles del 25% a todos los productos que hacen en México”.
Algo que caracteriza al proselitismo de Trump es generar controversia y polarización, en su evento dijo: “Ahora estoy más enfadado y más comprometido que nunca”.
Hoy Trump no está en su mejor momento para ganar la candidatura de su partido, el actual gobernador de Florida, Ron DeSantis, es el favorito. Pero Trump busca la simpatía de los republicanos y su discurso contra México está fuerte y más ahora que ha recuperado sus cuentas en redes sociales.
Trump asegura que para obligar a nuestro Gobierno a que aceptara el polémico programa “Quédate en México”, creado en 2019 y que obligaba a los migrantes a permanecer en nuestro país hasta que se resolviera su petición de asilo, recordó que “un representante de México entró en la sala, un tipo muy agradable y que me cae muy bien, aunque es un socialista”.
Aunque en su discurso no mencionó su nombre, fue el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien estuvo al frente de la mayoría de esas negociaciones, y agregó que, tras escuchar sus peticiones, el representante mexicano pidió unos minutos para comunicarse con López Obrador y que, supuestamente, al regresar le dijo: “Sería un honor darle 28 mil soldados y sería un honor mantener a todos en México, incluso a los pandilleros de la MS-13 y todo”.
Cabe mencionar que la GN se creó en 2019 con el fin de combatir la inseguridad y el narcotráfico, aunque también participó en tareas de contención de migrantes en la frontera sur.
Atacar a nuestro país forma parte de una estrategia política que maneja a la perfección y que sabe que le proporciona buenos resultados con su base política y los simpatizantes más radicales del Partido Republicano.
Trump sabe que su mensaje es comprado, entendido y digerido en su mayoría por la población de bajos recursos, campesinos, obreros, caucásicos, gente con nivel de estudios básico y amantes de las armas, que ha visto en los migrantes la causa de sus problemas económicos y sociales.
Desde 2015, Trump usa los ataques contra México para ganar simpatizantes. Recordemos que fue en junio de ese año, cuando acusó a nuestro país de enviar a EU “drogas” y “violadores” a través de la frontera, lo que hizo que después vendiera su mejor idea de campaña: la construcción de un muro fronterizo y que, según él, sería pagado por México; nunca dijo cómo lo haría, pero aseguró que lo lograría.
En 2016, Trump logró lo impensable: ganar la elección, durante su gestión atacó en múltiples ocasiones a México, pero la más controvertida fue la que reveló quien fuera su secretario de Defensa, Mark Esper.
El exfuncionario publicó su libro de memorias titulado Un juramento Sagrado, en el que aseguró que, en 2020, Trump propuso lanzar de manera clandestina unos misiles contra laboratorios de droga en México. Esper describe al exmandatario como “una persona sin principios que, dados sus intereses personales, no debería estar en la función pública”.
En 2016 el discurso racista y radical de Trump le funcionó para ganar la presidencia, lo interesante del próximo año será averiguar si la misma fórmula no se ha desgastado a lo largo de ocho años.
No es coincidencia que la burla de Trump ocurra luego de que la semana pasada Mike Pompeo, secretario de Estado de la Unión Americana durante su gobierno, presentó su libro de memorias en el que también toca esa controvertida etapa de negociación migratoria.
Según Pompeo, el canciller Marcelo Ebrard aceptó el programa “Quédate en México” para evitar manchar la imagen del Presidente López Obrador, pero pidió evitar que los términos de la negociación se ventilaran.
El 26 de enero Ebrard publicó una respuesta que llamó “precisiones” sobre lo dicho por Pompeo. Aseguró que se trata de una “campaña basada en ideas antimexicanas que buscan presentar a nuestro país como una amenaza ante la cual hay que construir un muro”.
Señaló que México rechazó el acuerdo y que el exsecretario confirmó que no se aceptó, y que cada país reaccionaría de manera soberana ante el avance de los migrantes. Los que son considerados clave para el triunfo electoral.
Hasta el momento Trump es el único que ha declarado abiertamente competir por la candidatura republicana para la elección presidencial, pero se espera que en las próximas semanas o meses otros personajes como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, lo hagan también, pero se espera que compitan el exvicepresidente Mike Pence, la exgobernadora de Carolina del Sur y la embajadora de Trump a la ONU, Nikki Haley.
Luego de tres campañas presidenciales, ya sabemos que Donald Trump usa las controversias y los temas conflictivos para destacar en los medios de comunicación y uno de sus discursos recurrentes son ataques a México.
Veremos muchos de estos discursos con golpes fuertes hacia México y nuestro gobierno en los próximos meses.