El incremento de pandillas de jóvenes y adolescentes implicados en la venta de drogas ha provocado también un aumento de muertes por violencia, robos y peleas en donde las víctimas son tanto menores de edad como adultos.
Hay dos principales grupos de bandas juveniles enfrentadas desde hace años en la capital española que cada día aumentan sus integrantes, lo que provoca muerte y violencia por el honor de pertenecer a uno u otro grupo. Por un lado, está la banda denominada Dominican Don’t Play (DDP) y, por otro, los llamados Trinitarios. En sus listas se agrupan jóvenes y adolescentes dominicanos, colombianos, españoles y marroquíes. De acuerdo con cifras de la Policía española, hay al menos 800 miembros repartidos en estos dos grupos criminales juveniles, y ahora empiezan a expandir su territorio fuera de la ciudad de Madrid.
En febrero del año pasado, murieron dos jóvenes, uno menor de edad, a causa de un ataque grupal con cuchillos y machetes en el centro de Madrid. Previo a este asesinato, en abril del 2021 un joven fue atacado a puñaladas en una parada de autobús en Toledo, ciudad a 44 kilómetros de la capital española. Esto es lo que hace pensar que estas bandas amplían su territorio a otros puntos cercanos a la capital española.
Los jefes de las bandas reclutan menores de edad con problemas escolares, consumo de drogas y situaciones familiares problemáticas, haciéndolos parte de una supuesta “familia”, que los utiliza para la venta de drogas y enfrentamientos violentos entre los grupos criminales.
Una investigación del diario El País da cuenta de cómo son reclutados los menores de edad y puestos a prueba con misiones violentas y el pago de cuotas para pertenecer a dichas bandas. Si los integrantes no cumplen con las órdenes de sus superiores son castigados con golpizas.
Las redes sociales están inundadas de videos y contenidos que enaltecen la pertenencia de una u otra organización de jóvenes y es el medio por el cual la juventud española está siendo reclutada por estas pandillas.
Las bandas juveniles tienen acceso a armas blancas, desde cuchillos y machetes, y ahora se presume que también utilizan armas de fuego que portan durante los enfrentamientos entre pandillas.
Durante el año pasado se registraron seis asesinatos a causa de enfrentamientos entre esas bandas juveniles y en dos de ellos se utilizaron pistolas, lo que preocupa a las autoridades, ya que la compraventa y uso de armas de fuego se ha vuelto otro modus operandi de estas organizaciones criminales.
El uso de la violencia y los asesinatos a sangre fría son recompensados dentro de estas organizaciones criminales, que siguen captando a la juventud española y son fuente preocupante que pone en riesgo la seguridad en ese país europeo.
