Uno de los objetivos expresos de Andrés Manuel López Obrador para mejorar la operación del ISSSTE fue eliminar la carga de la subrogación de servicios integrales contratados con empresas privadas que por décadas succionaron presupuesto federal. la labor de saneamiento empezó a ser ejecutada puntualmente por el director Pedro Zenteno… pero, ¡zaz!, que se atraviesa la directora de administración del instituto, Almendra Ortiz, que asigna contratos en directos de subrogación como sucedió con Laboratorios San Ángel.
Como le adelanté, esa firma obtuvo sin concurso el servicio de pruebas para laboratorio clínico e incluso obtuvo una “zona de servicio” mediante un procedimiento exprés poco transparente.
Laboratorios San Ángel fue creada por Arturo Aguinaga en conjunto con José María Gutiérrez, ambos exdirectivos de la empresa Selecciones Médicas, perteneciente al Grupo Fármacos Especializados, de donde, como ya le conté, salieron por la puerta de atrás acusados de malos manejos. Con esas credenciales, la empresa obtuvo previamente contratos por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social.
La cosa es que Almendrita, bajo la tutela de Thalía Lagunes, dice que recibió “la bendición también de hasta arriba” para realizar tal asignación. Claro, los paganos de “la bendición” son los pacientes, pues resulta que Laboratorios San Ángel no ha podido desde el pasado primero de marzo regularizar los análisis médicos a en los hospitales de la zona occidente del país.
Esta situación no sólo confunde la instrucción presidencial de desaparecer los servicios integrales, sino que permite seguir asignando contrato a este tipo de proveedores como a Laboratorios Falcon, de Noé Ramírez, y DICIPA, de Francisco Pallach.
Pareciera que a Almendrita le nacen las asignaciones directas, como la que hizo con Imedic para procesamiento e interpretación de las imágenes médicas de rayos X, ultrasonido y resonancias magnéticas, empresa que resultó balín, que afectó la salud de miles de derechohabientes y sería copartícipe de diversos decesos por fallas de ese servicio…, pero finalmente salvada por el director de administración del ISSSTE que se las supo ingeniar para que el instituto adquiriera los equipos usados de Imedic.
Por cierto, a la Subdirección de Infraestructura donde se administran los servicios integrales en el ISSSTE, llegó Mónica Pereda, como cabeza de un área donde se habla de altos “niveles de retorno” para liberar pagos a los proveedores de servicios integrales. ¿Chupador que se chupa al chupasangre, tiene un sexenio de perdón?
AICM, imparable. Ya me he referido al veredicto del mercado de pasajeros para el Sistema Aeroportuario Metropolitano.
El hecho es que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, al mando del vicealmirante Carlos Velázquez Tiscareño, registró un primer bimestre exitoso en cuanto a número de pasajeros y operaciones; no obstante, el agotamiento de la infraestructura con la que cuenta el hub nacional.
En los dos primeros meses del 2023 el AICM acumuló 56,563 operaciones, es decir, un promedio de 963 despegues y aterrizajes diarios, con un aumento de 5.5% respecto a 2022.
En cuanto a pasajeros, se movilizaron 7 millones 560,938 personas (de las cuales 66.8% fue en vuelos nacionales) entre enero y febrero de este año; es decir, un promedio de 128,151 pasajeros diarios… un aumento espectacular de 20.8% respecto al 2022. La decisión de los usuarios en el Valle de México y de las 28 aerolíneas comerciales que aquí llegan, es que el AICM es, por sus conexiones, itinerarios y accesibilidad, el que recibe la preferencia de la actual demanda de vuelos.