La igualdad de género, una falacia

ANTINOMIAS

Antonio Fernández Fernández*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

“No puedo decir si las mujeres son mejores que los hombres. Pero puedo decir que no son peor”.

Golda Meir

La igualdad de género es considerada un derecho humano fundamental, sin embargo, al igual que muchos otros derechos fundamentales, no se cumple cabalmente, y por más que los gobiernos señalen que lo hacen, los medios de comunicación se empeñen en mostrarnos que ya no hay diferencias, al igual que las grandes empresas declaren que lo cumplen, todo ello crea, muchas veces, una falsa apariencia, pero la realidad es que no hay igualdad de género.

La cuestión es que no se puede cambiar de la noche a la mañana una cultura milenaria, el varón ha sido el que ha controlado todo a su alrededor, sin entrar en la profundidad del porqué ha sido así, eso le puede corresponder a los antropólogos, pero lo que debemos de considerar es que los hombres de hoy no somos culpables de esa cultura, pues la heredamos, lo que nos corresponde hacer, es aceptar su existencia y tratar de cambiarla con todas nuestras fuerzas.

Cuando consideré escribir esta columna, pregunté a mis alumnas y exalumnas respecto de: ¿cómo observan la situación de la mujer actualmente?; ¿consideran que han sufrido algún tipo de discriminación o acoso?; ¿si su condición de ser mujer les ha proporcionado más ventajas o desventajas?; en sus respuestas me llevé varias sorpresas, las cuales diferencié entre las menores de 25 años y las mayores de 25, de acuerdo a lo siguiente:

En general, las menores de 25 años no consideran que hayan sido discriminadas, y en el acoso que han sufrido consideran que lo resolvieron satisfactoriamente, y consideran que su situación de ser mujeres en algunas ocasiones les ha favorecido, también consideran que tienen los mismos derechos y consideraciones que los hombres.

Por su parte, las mujeres mayores de 25 años, en general, consideran que han sufrido discriminación y acoso, la cual les ha afectado en sus vidas, consideran, a diferencia de las menores de 25 años, que si hay diferencias en el trato hacia hombres y mujeres, y por lo tanto no consideran que los hombres y las mujeres tengan los mismos derechos.

De lo anterior, se puede desprender que las consideraciones de las mujeres son diferentes entre las diversas generaciones, tal vez porque las más jóvenes todavía no se enfrentan a los problemas de la vida laboral y por ello no han sufrido la discriminación y el acoso, mientras que las mayores de 25 años ya les ha tocado sufrir la discriminación laboral, sin embargo, también noté que las mujeres profesionistas jóvenes tienen una visión más alejada del feminismo y más cercana a la diversidad sexual, su tema ya no es la inclusión de las mujeres sino la tolerancia y aceptación de las comunidades LGBTTTIQ.

Desde luego, falta mucho para lograr que los hombres y mujeres tengan un equilibrio en ocupar los cargos de alta dirección, para que gocen de los mismos sueldos, que en las comunidades científicas y artísticas tengan las mismas prerrogativas, para lo cual, tal vez, sólo falte tiempo para alcanzar la verdadera igualdad, podría llegar a ser cuando las nuevas generaciones lleguen a la madurez de su vida, esperemos que así suceda.

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