La confianza ha de darnos la paz.
No basta la buena fe, es preciso mostrarla.
Simón Bolívar
El 10 de marzo concluyó el segundo ciclo de negociaciones de la Mesa de Diálogos de Paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) con un evento en el Antiguo Colegio de San Idelfonso, con la presencia del canciller Marcelo Ebrard y la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez Mina.
Los acuerdos alcanzados durante estas negociaciones muestran el compromiso y avance significativo de las partes en la construcción de la paz.
El principal resultado fue la negociación y firma del “Acuerdo de México. Nueva Agenda de la Mesa de Diálogos de Paz”, que parte de una visión estratégica compartida y define acciones a corto y mediano plazo para impulsar la paz y la inclusión en ese país. La decisión del Gobierno de Colombia y del ELN de denominar a esta nueva agenda “Acuerdo de México” es un gesto que valoramos profundamente y nos compromete a seguir acompañando a la Mesa de Diálogos.
Las partes acordaron, asimismo, otras cuestiones fundamentales: avanzaron respecto a la participación de la sociedad colombiana en la construcción de la paz y definieron los elementos iniciales para abordar y conseguir el cese al fuego.
Quienes ejercen el oficio diplomático conocen las complejidades de un proceso de negociación como éste, aun con plena voluntad de las partes por solucionar el conflicto. Se requiere paciencia, prudencia, creatividad, confianza y buena fe.
En este ciclo, hemos sido testigos de cómo ambas delegaciones se guiaron por esas virtudes, mantuvieron una actitud propositiva y positiva incluso en cuestiones sensibles. El Gobierno de Colombia y el ELN están determinados a avanzar firmemente hacia la reconciliación.
A ello se sumó el acompañamiento internacional, cuyos aportes para generar confianza y garantizar la integridad del proceso son fundamentales. La participación de los países garantes —Brasil, Chile, Cuba, México, Noruega y Venezuela— y de los acompañantes permanentes —el representante especial del secretario general de la ONU en Colombia y la Conferencia Episcopal de Colombia— evidencia el amplio respaldo de la comunidad internacional a la consecución de la paz en Colombia, que de alguna forma nos atañe a todos.
En nuestro caso, además, nos enorgullece que México retome una de las mejores facetas de su política exterior: ser actor clave y confiable en esfuerzos por solucionar pacíficamente las controversias y promover la paz y seguridad internacionales.
México y Colombia compartimos múltiples lazos históricos y culturales, además de una visión conjunta sobre el futuro que deseamos para nuestras sociedades. Para nuestro país ha sido un honor ser anfitrión del segundo ciclo de la Mesa de Diálogos entre el Gobierno de Colombia y el ELN, y reiteramos nuestra voluntad de seguir promoviendo la integración, la estabilidad, el diálogo y la paz en esa nación hermana y en nuestro continente.