La crisis originada por el Covid-19 reveló un sinfín de debilidades de nuestro gran Sistema de Salud. Falta de equipo, escasez de medicamentos, ausencia de médicos especialistas, deficiencias en la infraestructura y su mantenimiento, entre muchas otras. No obstante, no todo es negativo. México cuenta con extraordinarias instituciones de salud, a la altura de los grandes centros hospitalarios, reconocidas internacionalmente. Además, la emergencia comprobó también, la gran capacidad de las mujeres y hombres que integran el sector.
Recientemente fue publicada una clasificación de hospitales de México y el mundo, ordenados por su calidad y eficiencia en términos de atención. Entre los mejores de nuestro país se encuentran el Centro Médico Nacional Siglo XXI ubicado en la Ciudad de México y el Hospital General Regional 46 con sede en Guadalajara, Jalisco, ambos pertenecientes al Instituto Mexicano del Seguro Social. Además, destacan el Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, el Hospital Infantil de México “Dr. Federico Gómez” y el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, todos pertenecientes a la Secretaría de Salud.
La joya de la corona de nuestro Sistema de Salud la encarnan los Institutos Nacionales de Salud, conjunto de instituciones de cobertura nacional, concentrados en la investigación científica y la capacitación de recursos humanos, además de la prestación de servicios médicos de la más alta calidad. Su liderazgo está vigente en México y el mundo.
Su creación ha sido fruto del talento y sacrificio de médicos mexicanos que han trascendido mediante su construcción y desarrollo. Así, los institutos nacionales de Cardiología, Cancerología, Nutrición, Neurología, Enfermedades Respiratorias, Pediatría, Perinatología, Psiquiatría y Geriatría, entre otros, son orgullo y referente del rumbo que nuestras decisiones y esfuerzos en materia de desarrollo institucional, en este sector, deben seguir, además de que han destacado a nivel mundial en el campo de la investigación, por sus contribuciones a la ciencia en distintas especialidades.
Institucionalmente todo es perfectible. Partiendo de estas valiosas bases y las experiencias adquiridas a lo largo de décadas, resulta fundamental buscar el fortalecimiento del sector. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social subraya la necesidad de fortalecer la coordinación entre instituciones buscando incrementar la eficiencia. Y vaya que la coordinación resulta fundamental en un sector que cuenta con gran número de distintos actores que brindan atención a diferentes sectores de la población.
El futuro de nuestro sector salud deberá tomar como referencia la historia de los Institutos Nacionales de Salud y la trayectoria y experiencia de un gran número de mujeres y hombres que cuentan con los atributos necesarios para fortalecer los servicios de salud y avanzar rumbo al objetivo de que todos los mexicanos, sin distinción, cuenten con atención de salud digna y suficiente.