La Semana Santa, por ser una de las conmemoraciones más importantes en el cristianismo, tiene profundas raíces en nuestra sociedad y su cultura.
Desde pequeñas y pequeños, más de la mitad de la población mexicana católica, aprendemos de alguna u otra forma la historia de la muerte y resurrección de Jesús y lo que representa en la fe católica, ya que, de acuerdo con el último censo del Inegi, el 77.7% de la población se considera fiel a la religión católica. Por otro lado, también llegamos a relacionarnos de manera un poco más indirecta sobre estas fechas en la cultura popular mediante películas como La pasión de Cristo, obras de arte famosas como La última cena, de Leonardo da Vinci, e incluso novelas basadas en la ficción como El código Da Vinci.
Es muy poco lo que se habla sobre la participación o la historia de las mujeres en Semana Santa e incluso de manera general en la religión, ya que muchas de las interpretaciones que se hacen de los textos sagrados son realizadas desde una mirada masculina o masculinizada. Sin embargo, podemos rescatar como son las mujeres las que acompañan a Jesús durante el viacrucis y el papel de la Virgen María no sólo como la madre, sino ya en la crucifixión, uno de los mensajes más potentes y profundos, es el enfrentamiento del dolor por el que estaba pasando al ver a su hijo crucificado, la resistencia del dolor mediante la fe en Dios trasciende hasta el día de hoy y es una enseñanza que se obtiene de la Virgen María en el momento de la pasión junto con la del reconocimiento de María como Madre de la Humanidad. “Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: ‘Mujer, ahí tienes a tu hijo’”. Luego, dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”.
Por otro lado, existe también el papel de María Magdalena, su papel como discípula es de los más importantes. También existe la creencia no oficial de haber sido pareja de Jesús y otras interpretaciones como la de haber sido trabajadora sexual por un pasaje (Lucas 8:2), donde se menciona que Jesús expulsó siete demonios de ella. De nuevo, podemos darnos cuenta de que muchas interpretaciones, a lo largo de la historia, reducen el significado que tienen las mujeres en este acontecimiento. Sin embargo, en 2016, el papá Francisco le dio el nombramiento de Apóstol de los apóstoles, por ser la primera en ver a Jesús Resucitado y por ser quien anunció de esto a los demás apóstoles, esto representa una apuesta de la iglesia católica para reconocer el papel de las mujeres. Resignificaciones como ésta son claves para la visibilización y participación de las mujeres católicas en la actualidad.
Con todo lo anterior, debemos bajar estos ejercicios de reconocimiento de las mujeres en nuestro contexto actual, preguntarnos qué papel representan las mujeres en las conmemoraciones de Semana Santa, desde su participación en la organización y preparativos de actos como el viacrucis, las misas e incluso su participación en la confección de los vestuarios y otras formas de participación de todas y todos debemos reconocer, por el aporte cultural tan significativo.