Todavía no era Domingo de Resurrección, era Sábado de Gloria, pero el inquilino de Palacio Nacional revivió un muerto. Vía redes sociales, recordó aquel 07 de abril de 2005 cuando “los legisladores del PRIAN” —así los llamó— lo desaforaron, por órdenes del entonces presidente Vicente Fox.
Parecería un acto de propaganda electoral sin mayor intención que —como ya es costumbre— reavivar el fuego del encono social, el cual, dicho sea de paso, atiza en cada mañanera. Pero el tuit tenía dedicatoria: “Los jóvenes que ayer cumplieron 18 años, o sea la mayoría de edad, estaban naciendo; para ellos repito el discurso de esa ocasión”.
No es casualidad que el Presidente López Obrador, apunte a partir de ahora, sus misiles electorales hacia la población que podría definir la elección del 2024. En 2018, quienes nacieron en el año 2000 cumplieron la mayoría de edad y apuntalaron las aspiraciones del tabasqueño.
Pero antes de seguirle a esto, un poco de contexto y recordar qué pasó el día de la elección de 2018. Según datos del Instituto Nacional Electoral, en las elecciones federales y locales de aquel año, la participación de los jóvenes de 18 años superó la media nacional con casi 65 por ciento.
Otro dato revelador aportado por el propio árbitro electoral es que de los 29.7 millones de jóvenes y jóvenes-adultos entre los 19 y 34 años, votaron 16 millones. AMLO ganó la elección con poco más de 30 millones.
Diversos estudios apuntan que más que por partidos políticos, los jóvenes votan por el candidato. Fenómeno que benefició al hoy presidente, pues otras mediciones revelan que alrededor del 54 por ciento de los jóvenes votaron por él en 2018.
Por eso, no es raro que ahora busque que quienes llegaron al mundo en los albores del desafuero apoyen la continuidad, no de su persona, pero sí de su proyecto político, para que repita otro sexenio más.
Además, hay que recordar que quienes nacieron en 2005, crecieron en un país azotado por la violencia de la guerra contra el narco (impulsada por el PAN) y en un país arrasado por la corrupción que representó el regreso del PRI a Los Pinos.
Hoy un par de corcholatas se desviven -algunos dirán que hacen el ridículo– en redes sociales, sobre todo en TikTok, donde bailan o cantan en busca de atraer la simpatía de quienes en el 2024 tendrán su INE por primera vez y acudirán a las urnas. Antes, varios millones de ellos definirán la encuesta en la que saldrá la o el abanderado.
En 2018, Marcelo Ebrard, en esos ayeres uno de los coordinadores de la campaña del tabasqueño, me contó en corto que con programas como “Jóvenes Construyendo el Futuro” y las becas para estudiantes, el hoy Jefe del Ejecutivo buscaba arrebatarle al PRI y al PAN el “bufete electoral” que este sector de la población representaba en cada elección presidencial, principalmente en las entidades del interior de la República.
Hoy, lo que vemos, es que ese bufete ha cambiado de manos y que, quizás, el tuit del sábado pasado signifique que las y los interesados en el 24 deberían desde ya, dar rienda suelta a su glotonería política y comenzar a servirse con la cuchara grande.
Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!!!