Tras sorprender a todos los aficionados a lo largo de la temporada, parece que la hazaña del Arsenal, de Mikel Arteta, no va a cumplirse, pues cayeron a manos de su principal rival, el Manchester City. Los londinenses aún se mantienen en la cima de la tabla, no obstante con dos partidos menos resulta inminente que pierdan el liderato.
Durante la campaña, muchos especularon que los Gunners no podrían mantener el paso de campeón por 38 jornadas y que los poderosos Citizens estarían ahí en cuanto sufrieran cualquier desliz.
Parece que esto finalmente sucedió; en el último mes los campeones vigentes han ido cerrando la ventaja de los aspirantes y con esta convincente victoria, todo indica que conseguirán su quinto título en seis años.
Arteta preparó un encuentro basado en cómo venía jugando su rival, con línea de tres, sin laterales y con 1/4 central convertido en mediocentro; sin embargo, Guardiola sorprendió con su planteamiento inicial, regresando a una línea de cuatro más convencional y colocando a Kevin de Bruyne como un enganche y buscando generar una superioridad numérica debido a la agresiva presión de su rival.
Los Citizens entendieron que el Arsenal iba a optar por presionar la salida, entonces demostraron aquella capacidad de adaptación qué tanto se les ha elogiado en Champions. Aprovechando que el mejor zaguero de los Gunners, William Saliba, se perdió el partido por lesión, los de Guardiola constantemente hicieron uso del juego directo a través de Erling Haaland, quien tuvo una actuación dominante al enfrentarse al central suplente.
El atacante noruego demostró su evolución desde su llegada al Manchester, ya que cuando se anunció su traspaso, muchos estábamos escépticos acerca de la compatibilidad del delantero con el sistema asociativo que vemos semana tras semana en el Etihad.
Sin embargo, me parece que Haaland tuvo el partido más completo de su carrera, es cierto que en otras ocasiones ha anotado tres veces tocando el esférico en la misma cantidad de ocasiones, no obstante esta actuación demuestra un nivel de sensibilidad y visión sin precedentes en su carrera.
Arteta trató de compensar la ventaja numérica del rival desplegando un doble pivote, pero el ajuste vino muy tarde y la lección táctica junto con la probable pérdida de la liga ya eran irreversibles. Sin duda está parece la victoria definitiva en la pelea por la premier, pero serán un par de jornadas electrizantes a la espera del campeón.
