El Presidente López Obrador adelantó la sucesión presidencial desde hace casi dos años, no llevaba ni la mitad de su sexenio cuando empezó a comunicar que se buscaría a quien sería su sucesor o sucesora para que se continuara con su proyecto de la llamada Cuarta Transformación.
Desde entonces el tema ha estado puesto sobre la mesa. Principalmente son tres: Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México; Adán Augusto López, secretario de Gobernación, y el canciller Marcelo Ebrard.
Pero hay otros personajes que quieren participar, como Ricardo Monreal, que ha dicho también que buscará la candidatura presidencial. El mensaje desde Palacio Nacional es que el Presidente busca designar al candidato que le asegure mayor lealtad. El Presidente los ha puesto a competir.
Desde la conferencia mañanera, el Presidente López Obrador ha dado decenas de nombres de supuestos candidatos que podrían ser de la oposición. Así, mandando el mensaje de que sus opositores políticos están diluidos.
El pasado 28 de abril, en redes sociales, se exhibió una fotografía en la que aparecían el Presidente López Obrador al centro y a su lado derecho estaba Adán Augusto López, secretario de Gobernación, y Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores.
Mientras que del lado izquierdo aparecen: Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, y Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Ese día, el mandatario les pidió apresurar el proceso para elegir al candidato presidencial de Morena para las elecciones del 2024, al mismo tiempo que les demandó mesura.
Se ha dicho que el candidato será elegido por encuesta, y aunque el líder nacional de Morena, Mario Delgado, no fue convocado a la reunión, el pasado 13 de abril anunció la posible fecha de la convocatoria de la primera encuesta de Morena para elegir al candidato.
En esa ocasión dijo que el inicio del proceso interno en su partido para que comience el registro de candidatos sería poco después de las elecciones de 2023 del Estado de México y Coahuila.
Mencionó que, a partir de la semana del lunes 5 de junio, es cuando se convocará a una reunión para que comience el registro y se fijen las reglas para este proceso. Adelantó que sí se harán las encuestas espejo, así como cuestionarios y, una vez que ya se tengan los acuerdos, se pasaría a la encuesta.
Previo a estas declaraciones, la dirigencia nacional de Morena tenía contemplado aplicar la primera encuesta entre agosto y septiembre, y la segunda en noviembre.
Hoy, las llamadas corcholatas están haciendo todo lo que está en sus manos para lograr ganar la encuesta y así conseguir la candidatura.
El Presidente asegura que cualquiera de los participantes tiene las mismas posibilidades, pero parece evidente que Claudia Sheinbaum es su colaboradora más cercana y en quien más confía, y luego el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
Ante las especulaciones, la propia Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que: “Sí hay favorita y sí hay encuesta, pero la favorita es la Cuarta Transformación de la vida pública”.
Ricardo Moreral ha insistido en el piso parejo, en que la encuesta de Morena no sea organizada por el partido, sino que sea levantada por cinco firmas encuestadoras.
Adán Augusto aseguró que seguirá avanzando y que en la encuesta que realizará Morena “sacará ventaja”, y dijo que confía en las que pueda aplicar su partido.
Desde el sexenio de Miguel de la Madrid, ningún presidente, hasta la fecha, ha podido decidir quién será su sucesor. No lo decidieron, por distintas razones, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón ni Enrique Peña Nieto.
En busca del candidato de la 4T
Ahora, en el clima social parece que el Presidente López Obrador tiene todos los hilos bajo control y que él influirá en la decisión de su sucesor.
Y mientras la elección se acerca, los posibles candidatos empiezan a jugar sus propias cartas.
Esta semana con la renuncia de Martha Delgado a la Subsecretaria de Relaciones Exteriores, queda demostrado que Marcelo Ebrard ya no quiere esperar para empezar a hacer su campaña de manera formal. La propia Martha en su carta de renuncia asegura que se dedicará a asuntos personales y al proyecto político del todavía canciller.
No es de sorprender esta decisión, Ebrard desde diciembre pedía que los aspirantes no permanecieran en el cargo y que se hiciera un debate.
Así me lo dijo en entrevista el pasado mes de diciembre:
BB: ¿Marcelo Ebrard va a buscar la Presidencia?
ME: Sí, claro, ya estoy en eso.
BB: ¿Cuándo?
ME: Pues tenemos que pasar la encuesta el año que entra, Morena está armando la competencia para un puesto que se llama coordinador en la Defensa de la Cuarta Transformación, y después de ahí tienes que pasar al congreso de Morena y después, si te aprueban, ya te registran como candidato al 24.
BB: ¿Y si hay empate?
ME: Si hay empate te vas a segunda vuelta, son de las cosas que tenemos que resolver en las reglas, por ejemplo, es ¿cuándo te tienes que separar del cargo?
BB: Pero ¿cuándo se tendrían que separar del cargo?
ME: Pues mira, si tú fijas la encuesta en septiembre, a mi modo de ver, tendría que ser seis meses antes porque es lo que se hace también en elecciones, es el mismo principio, propiamente es lo mismo, entonces evitas la polémica sobre cuál es la frontera entre el servicio público, tus actividades y las tareas propias del partido o lo que estás haciendo, entonces ésa es una. Dos, que haya debates, porque si no hay un debate, cómo sabes cuál es la diferencia, o sea, qué opina Marcelo sobre seguridad y qué opina Adán Augusto, qué opina Monreal, qué opina o qué propone Claudia, Noroña, si va a participar, los que estemos en este tema; eso lo tiene que definir Morena, a mi forma de ver, en el mes de enero, porque ya estamos en el 23, y si no se hace esa definición, nos podemos meter en problemas.
Eso me dijo el canciller el pasado mes de diciembre. Por lo pronto, con la renuncia de Martha Delgado, que se va para trabajar en su precampaña presidencial, se empiezan a mover las cartas. Cada uno de los aspirantes está jugando las suyas.