Las dos reformas (1/5)

PESOS Y CONTRAPESOS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Las instituciones formales de la economía (reglas jurídicas) deben calificarse desde dos puntos de vista: el económico, relacionado con la eficacia, y el ético, relacionado con la justicia. Por lo general, sólo se considera el primero y se ignora el segundo, lo cual da resultados ineficaces, desde el punto de vista económico, e injustos, desde el punto de vista ético.

Económicamente, ¿qué es lo eficaz? Lo que minimiza la escasez y, como contrapartida, maximiza el bienestar, que depende, en buena medida, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se dispone.

Éticamente, ¿qué es lo justo? Lo que reconoce plenamente, define puntualmente y garantiza jurídicamente los derechos de los agentes económicos, que son el derecho a la libertad individual para producir, ofrecer y vender, para demandar, comprar y consumir, y el derecho a la propiedad privada sobre los medios de producción necesarios para poder producir, ofrecer y vender, y sobre los ingresos necesarios para poder demandar, comprar y consumir.

La eficacia económica (minimizar la escasez y, como contrapartida, maximizar el bienestar), depende de la justicia ética (reconocer plenamente, definir puntualmente y garantizar jurídicamente los derechos de los agentes económicos a la libertad individual y a la propiedad privada), de tal manera que, en la misma medida en la que se violan estos derechos (violación que puede darse de muchas maneras), se limita la capacidad para minimizar la escasez y maximizar el bienestar (lo cual puede darse en distintos grados).

Lo anterior quiere decir que los sistemas económicos, definidos principalmente por sus instituciones formales, en los que se reconocen plenamente, definen puntualmente y garantizan jurídicamente los derechos de los agentes económicos, son los más eficaces, los que minimizan lo más posible la escasez y maximizan lo más posible el bienestar, algo que no se cumple en México.

¿Cómo andamos en materia de libertad económica? Según el Índice de Libertad Económica 2023, de la Heritage Foundation, México ocupa, entre 176 naciones, el lugar 61, con una calificación de 6.3/10. Nada de que presumir.

Y en lo relacionado con la propiedad, ¿cómo nos va? Según el Índice Internacional de Derechos de Propiedad 2022, de la Property Rights Alliance, México ocupa, entre 129 países, la posición 77, con una calificación de 4.6/10. Nada de qué presumir.

El reconocimiento pleno, la definición puntual y la garantía jurídica de los derechos a la libertad individual y a la propiedad privada son parte del Estado de Derecho, definido como el gobierno de las leyes justas. ¿Cómo andamos en materia de Estado de Derecho?

Según el Índice de Estado de Derecho 2022, del World Justice Project, el lugar de México, entre 140 países, es el 115, y su calificación es 4.2/10. Nada de qué presumir.

Las instituciones formales de la economía mexicana dejan mucho que desear, comenzando por la parte de la justicia, que afecta la eficacia, limitando las posibilidades para minimizar la escasez y maximizar el bienestar.

Todo lo anterior tiene que ver con el sistema tributario, por el que se nos quita dinero, y con el monetario, por el que se le quita poder adquisitivo a nuestro dinero, doble expoliación, contraria al Estado de Derecho.

Continuará.

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