Pues sí, en julio próximo la refinería de Dos Bocas pondrá en marcha su primer proceso: la producción de diésel de ultra bajo azufre (ULSD) para una combustión 97 por ciento más limpia que la que genera el diésel estándar.
Ésa será la primera línea de producción completa que la secretaria de Energía, Rocío Nahle, entregará a Andrés Manuel López Obrador de una planta diseñada para procesar 340 mil barriles diarios de petróleo crudo.
Todavía faltarán otros procesos de producción (gasolinas, naftas y subproductos), pero que se estima estarán ultimándose a finales del 2023 y 2025, tras una inversión total cercana a los 21 mil millones de dólares.
La disponibilidad de combustibles limpios es una exigencia que los gremios de traileros –representados principalmente por la Canacar que encabeza Miguel Ángel Martínez– reclaman para la conservación de sus motores, pero también es una exigencia ambiental para las empresas que buscan relocalizarse en México. De hecho, el sistema nacional de refinación elaboró, en abril pasado, 162.4 mil barriles diarios de diésel, una reducción de 11 por ciento respecto al mismo mes del 2022 y equivalente a la mitad de la producción del contaminante combustóleo.
La nueva refinería fue reconocida por el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al-Ghais, por la velocidad de construcción y los volúmenes a procesar pues en instalaciones semejantes, cuando son nuevas, se requieren cerca de 25 mil millones de dólares. El punto crítico para Dos Bocas es la tasa interna de retorno, la cual depende de la prontitud con que inicie la producción a gran escala para amortizar los costos fijos.
Para el éxito operativo se requiere la disponibilidad suficiente de petróleo crudo pues, a pesar del aumento de 9 por ciento anualizado en la producción, que ya casi es de 1.9 millones de barriles diarios, se requerirán, entre otras cosas, importantes instalaciones de soporte. Ya les contaré.
Huawei-Canacintra. A diferencia del gris y opaco periodo de José Antonio El Amorcito Corazón Centeno, la actual presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Esperanza Ortega, arropada por los expresidentes relevantes del organismo, ha empezado a tambor batiente su gestión tanto en México como en el extranjero: invitada por el influyente consorcio Huawei, que encabeza Liang Hua, la presidenta de las pymes mexicanas, visitó las oficinas centrales de Huawei, en Shenzhense, así como el Centro de Investigación y Desarrollo en Dongguan: ahí se expusieron los sistemas de generación fotovoltaica y almacenamiento de energía y los beneficios de las microredes eléctricas. En reunión de alto nivel, con Héctor Dorbecker, consejero de Asuntos Económicos de la Embajada de México en China y el cónsul general en Guangzhou, Julián Díaz de León, Esperanza Ortega invitó al vicepresidente global de Relaciones Gubernamentales de Huawei, Austin Zhang, a que el gigante tecnológico participe en la Convención Nacional de Delegaciones, Sectores y Ramas Industriales, que se celebrará en octubre del 2023 en Querétaro, a fin de firmar un convenio de colaboración para proveeduría, colaboración y transferencia tecnológica para apoyar a la industria mexicana, fortaleciendo su posición en el nearshoring.
Esto es trabajo, no grilla.
STPS batea Sobrecargos. Pues resultó infructuosa la reunión que el lunes intentaron los representantes de las y los sobrecargos jubilados de Mexicana de Aviación (Iván Enríquez, Cecilia Bertrand, María del Pilar Rodríguez y Hugo Castro) con la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde…, pero les dio el avión. No hubo avance en las aclaraciones, los jubilados quieren aclarar las inexactitudes salidas de las mañaneras de López Obrador, quien afirmó que una asamblea de trabajadores acordó venderle al Gobierno la marca de Mexicana para la distribución “equitativa” del beneficio.
Cuando, aseguran los inconformes, dicha asamblea fue ilegal -sin quorum- y donde no se discutió el reparto de los dineros. Además piden respeto al despacho jurídico que los asesora desde hace 8 años, y reclaman respeto a sus derechos a fin de evitar negociaciones a sus espaldas para en la venta de los activos de la extinta compañía.
El PRI no ha muerto. Desde hace cinco lustros ha sido un error dar por muerto al PRI. Pese a la derrota de la Alianza Va por México, y con el triunfo en Coahuila, el tricolor movilizó más de 2.3 millones de votos, o sea 70 por ciento de la coalición. La agrupación que encabeza Alejandro Moreno sigue vivita y coleando y sigue siendo el cementante de la alianza entre Acción Nacional y el de la Revolución Democrática. Esto responde a su estructura territorial, pues las elecciones no se ganan por el número de 4 estados o municipios que gobierna un partido o cuanta gente ahí viva… por lo que resulta una fuerza clave para la Alianza en el 2024. Tome nota.