El rompimiento no vendrá del Consejo Nacional, en la cúpula donde, se dice, todo está planchado. Así que no se dejen engañar. El rompimiento vendrá abajo del movimiento.
Vendrá a la hora de repartirse cargos, comisiones. El resquebrajamiento vendrá cuando toque poner a los sustitutos en el Gobierno capitalino, en Gobernación, en el Senado.
Le pregunto: ¿Quién recibirá el beso de Judas para quedarse como Jefe o Jefa de Gobierno? Porque hay que recordar que quien se quede al frente de la Ciudad de México, en automático estará fuera de la contienda electoral el año que entra.
Lo mismo pasa en la secretaría de Gobernación, quien le entre al quite en automático quedará fuera de los puestos a repartir en la próxima administración, y aquí yo le pregunto: ¿a poco cree usted que todos se van a alinear y serán tan bien portados como para aguantar quedarse sin nada en el 2024? Jajaja, de la risa. Yo pienso lo mismo.
Así que más de una o uno dirán: “A mí no me mosqueen” y es que usted ya sabe, siempre podría ponerse peor. Al final, todos buscan el poder… y como decía mi abuela Dondinéa: “El poder corrompe… y el poder absoluto, corrompe absolutamente”.
Hay que reconocer una cosa, en 2018 la figura y el liderazgo único de “ya saben quién” aplacó a los inconformes y a los latosos. Se negoció y se llegó a acuerdos en la repartición del pastel. Sólo hay que recordar cuando una de las hoy llamadas “corcholatas” amenazó entonces con irse del movimiento cuando lo marginaron de la candidatura por la jefatura de Gobierno.
Ahora que el Jefe del Ejecutivo, anunció que se va a su finca de Palenque —sí es que realmente se va—, ¿quién va a aplacar la inconformidad de las tribus morenistas y de los liderazgos que se queden con las manos vacías?
Aunque no todas son malas noticias. Seguramente habrá quien sí se conforme con estar en la administración pública de aquí a que acabe el primer sexenio de la Cuarta Transformación y aplique aquella máxima del priismo consumado de “éste es el año de Hidalgo y … el que deje algo”. Al tiempo.
En el baúl. Para despedir a Adán Augusto López Hernández se ha organizado una tremenda comilona este lunes en el Antiguo Palacio de Covián. Un centenar de funcionarios y familiares están invitados al banquete para desearle suerte al “hermanito tabasqueño” del inquilino de Palacio Nacional.
Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresarééé.