Un pato que no es pato

DESDE LAS CLOACAS

El Duende<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
El Duende*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

No, no estamos en noviembre, mes en que se supone que, legalmente, deberían iniciar las precampañas políticas con miras a renovar la Presidencia. Este proceso “interno” en los partidos se ha adelantado medio año.

A partir de hoy y hasta el 27 de agosto tendremos a las seis corcholatas recorriendo el país en evidente y abierta campaña política, buscando ser la mera buena o el mero bueno para el cargo que se renovará en 2024.

Y para ponerlo claro: camina como pato, grazna como pato, tiene plumas como pato, tiene pico como pato, pero NO es un pato.

¿Qué le quiero decir con esto?

Que es evidente que se trata de campañas políticas financiadas con dinero público (los cinco millones para cada uno provienen de las prerrogativas de los partidos y ese dinero, a su vez, viene del erario), con miras a ser el candidato o la candidata presidencial, cargo maquillado con el título de coordinador/coordinadora en Defensa de la Cuarta Transformación.

Es evidente que van a llamar al voto, no expresamente, pero sí con frases como “Sonrían, todo va a estar bien”, “Es Claudia”, “Estamos Augusto”, etcétera. Proselitismo puro y duro, ah, pero no es una campaña política.

¿Y las autoridades electorales?

Pues para que ese pato no sea pato, el viernes pasado, mientras cinco corcholatas se inscribían en el proceso, la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral, integrada por tres consejeros, avalaron por unanimidad algunas restricciones, es decir, sí te puedes ir a hacer campaña, pero con estas condiciones.

Las medidas cautelares avaladas para Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López Hernández, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Manuel Velasco y Gerardo Fernández Noroña son no hacer llamados al voto ni propuestas para posicionarse como aspirantes a la Presidencia.

¿Qué más no deben hacer?

Justo todo lo que han estado haciendo en las últimas semanas: buscar el respaldo para ser postuladas como precandidatas a un cargo de elección popular; dar a conocer propuestas relacionadas con alguna aspiración; presentar plataformas políticas; usar prerrogativas de acceso a tiempos de radio y televisión, etcétera…

Además, se ordenó al partido, Morena, que el uso de recursos otorgados a los contendientes se apegue a la normatividad, es decir, que se ejerza con transparencia y se rindan cuentas de su uso ante el árbitro electoral, así como proporcionar un calendario con los recorridos de trabajo.

¿Y sabe qué? La oposición hará lo mismo, pero a partir del próximo 26 de junio, cuando anuncien el qué y el cómo para elegir a su abanderada o abanderado presidencial. También se les dará luz verde para realizar proselitismo siempre y cuando —como dice la ley— no hagan un llamado directo al voto.

¿No será que necesitamos nuevas reglas para los nuevos tiempos, éstos en los que la tradición política es adelantarse meses o años a las elecciones? Aunque hay que recordar también que quienes hacen las leyes son los propios políticos, y las hacen, para luego pasárselas por el arco del triunfo.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!

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