Desde hace meses, en este espacio hemos dicho que partes importantes del estado de Chiapas están bajo la disputa de grupos criminales, generando una violencia insostenible para la población.
Ahora, 16 hombres que trabajan como personal administrativo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Chiapas han sido secuestrados.
El pasado martes, a plena luz del día, a las 16:30 de la tarde, circulaban sobre la carretera que va de Ocozocoautla a Tuxtla Gutiérrez, cuando dos camionetas se acercaron al autobús que transportaba a los empleados, el grupo armado los interceptó y se los llevó.
Todo está grabado en videos que tomaron otros automovilistas que vieron cómo el comando armado se metió al camión, había 23 personas, pero los delincuentes dejaron a las mujeres y se llevaron a los hombres.
Horas después empezó a circular un video de los secuestrados, todos se ven muy asustados. Uno de ellos habla y dice que para que puedan volver con sus familias, se pide que destituyan a algunos mandos de la policía estatal.
Incluso los secuestradores emitieron un comunicado, aquí no lo vamos a reproducir porque no le damos voz a criminales, pero sí es un hecho que algunos mandos policiales están o corrompidos o aterrados por grupos de la delincuencia.
Todo este secuestro se da, para que los grupos criminales pongan y quiten a quien se les dé la gana en la Policía estatal.
El martes pasado, mismo día que secuestraron a los trabajadores, por la noche, se reportó un ataque contra las instalaciones de la misma Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Tapachula, donde lanzaron una granada casera.
El saldo fue de dos unidades de la dependencia dañadas tras la explosión, sin reporte de personas lesionadas ni víctimas mortales por estos hechos.
Ya es una guerra entre policías y criminales y el mensaje es muy claro, los grupos criminales, en su mayoría Cártel Jalisco Nueva Generación y Cártel de Sinaloa, con los grupos que vienen de ellos, no solamente se están disputando partes del estado entre ellos, sino que quieren tomar el control amenazando a las autoridades, a los alcaldes y a las policías municipales y estatales y por supuesto a la población.
Son miles de chiapanecos, la mayoría indígenas que son de las personas más vulnerables en el país, los que han tenido que abandonar sus tierras y lo poco que tenían en ellas huyendo de los delincuentes.
En estas zonas, llegan los narcos y tratan de llevarse a los hombres jóvenes, si éstos no se van con ellos los matan, por eso muchas personas están huyendo y han sido desplazadas de sus comunidades.
El conflicto en Chiapas ha pasado de ser un tema social a uno de crimen organizado. Por la frontera con Chiapas entra de todo, desde drogas hasta migrantes, desde armas de fuego hasta niñas y niños utilizados para trata de personas. Pero también por esta frontera sale lo que se quiere desaparecer como automóviles y motos robadas. Ese mercado es el que están controlando y el que se disputan estos grupos criminales.
El secuestro de estos 16 trabajadores del Estado no es ni remotamente el único. La violencia hoy es parte de la vida cotidiana de los chiapanecos, un estado disputado principalmente por células que operan para los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, ambos recrudecieron los enfrentamientos hace dos años.
Cárteles buscan control territorial
La disputa empezó en junio del 2021, tras el asesinato del líder del Cártel de Sinaloa en esta región de la frontera sur mexicana, Ramón Gilberto Rivera Beltrán, ha dejado estos dos años a cientos de ejecutados, desaparecidos y familias desplazadas en los municipios de Frontera Comalapa, Amatenango de la Frontera, Maza de Madero, Motozintla y Chicomuselo.
La situación se agrava debido al reclutamiento forzado de estos cárteles ocurrido en diversas comunidades de Frontera Comalapa, por ello hay cientos de hombres que llevan semanas durmiendo en la montaña, escondiéndose de los grupos criminales.
Organizaciones civiles advierten que “las disputas por el control territorial entre diferentes grupos del crimen organizado en la Región Frontera de Chiapas han traído consecuencias devastadoras para sus habitantes como robos, extorsiones, levantamiento de puestos de comercio y despojo de otros medios de vida, secuestros, desapariciones forzadas, reclutamiento forzado, amenazas de muerte, desplazamiento forzado, feminicidios y asesinatos”.
En Chiapas hay comunidades enteras incomunicadas por bloqueos de carreteras y caminos, suspensión de clases en las escuelas y cortes de luz eléctrica.
Las autoridades reportaron que de 2022 a lo que va de este año se han registrado al menos 30 enfrentamientos armados, y los mismos sicarios levantan a sus muertos para evitar que sean identificados por los equipos forenses.
Los habitantes del estado están hartos de tanta violencia. Ha habido manifestaciones importantes incluso con niños, niñas y mujeres para exigir que la paz regrese al estado.
Al momento de escribir estas líneas se sigue negociando la liberación de los 16 trabajadores secuestrados. Ojalá regresen con bien.