SEP, destruyendo el futuro

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Hace unos pocos días el presidente del Clúster de Robótica México, Francisco Castañeda, comentaba para #LaBilletera de ADN40, que además de agua, energía y estado de derecho, México debía contar con un cuarto elemento fundamental para aprovechar la oleada de inversiones provenientes de Asia, que busca acomodar sus cadenas de suministro y comercio en América del Norte: y es el de empresarios, ingenieros, administrativos, técnicos y obreros especializados capaces de articular y expresarse en el lenguaje universal de las matemáticas… esas que ha ninguneado, desde la más tierna infancia, la Secretaría de Educación Pública que parece a veces encabezar Leticia Ramírez.

El lenguaje abstracto, basado en signos sonoros y equivalencias generales, es la base de la civilización humana. En el libro “De animales a dioses”, Yuval Noah Harari reconoce el gran salto evolutivo de nuestra especie hacia las civilizaciones cuando pudo cuantificar y expresar ideas específicas sobre su entorno. Hoy existen telescopios atisbando galaxias que ya no existen y aceleradores de partículas que se acercan a desarrollar fuentes infinitas de energía. Pero para la Secretaría de Educación Pública tales ideas son demasiado machuchonas y aspiracionistas para la chamacada que en la sierra de Chihuahua o en las barriadas de Tacubaya se interroga cómo fue que llegaron a este lugar y hacia dónde quieren dirigir sus pasos.

La propuesta de la “Nueva Escuela Mexicana” es la de prepararlos para hacer asambleas, mítines, bloqueos y sublevaciones antes que pensar cómo resolver el problema de abasto de agua potable en sus casas.

El libro de primer año de matemáticas de primaria que en breve empezará a distribuirse en las escuelas públicas, a las que millones de niños se inscribirán este 2024, recibirán un material de texto deficiente, inconexo, mal elaborado y con una franca y abierta pretensión proselitista, que busca producir en las próximas dos décadas a organizadores de protestas, tal vez uno que otro legislador, pero ningún ingeniero, biólogo, médico, contador, diseñador de audio y/o video, creador en Inteligencia Artificial, auspiciado por el sistema de educación pública al que se destina la mayor parte del presupuesto federal, unos 943 mil millones de pesos sólo en este año.

Gasto y propaganda. El libro de primer año de primaria, elaborado bajo los auspicios de Marx Arriaga —porque no hubo nunca una consulta ni con maestros ni con padres de familia como profesó la iglesia de la “Nueva Escuela Mexicana”— redujo de 240 páginas el libro de primer nivel —con gran cantidad de tipografías—, dedicadas al aprendizaje del lenguaje universal de los símbolos, a no más de una docena mal explicada y peor conducida, explica Raúl Rojas, una de las mentes más brillantes en el área de las matemáticas aplicadas en el mundo occidental.

Rojas es un científico claro y sin pretensiones. Escribió recientemente uno de los artículos más emocionantes sobre Inteligencia Artificial que se pueda encontrar en español, en la Revista Obsidiana, impulsada por Laman Carranza. Académico por la Universidad de Berlín, se le considera como el padre del vehículo autónomo de Europa dadas sus aportaciones en programación numérica e interpretativa.

Vale decir que quien fue Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015 y profesor emérito en Inteligencia Artificial en la Universidad Libre de Berlín, señaló en la Academia de Ciencias de Morelos (tras la revisión de sus pares en su terreno) que la extirpación de cientos de páginas de ejemplos y práctica matemáticas (la única manera de aprender, junto con la composición musical, el lenguaje universal), implica una mutilación personal y social para millones de niños que en su futuro deberán pensar en función de benefactores gubernamentales y no de causas y efectos del mundo real con millones de interacciones.

Uno de los más importantes científicos de México en el mundo concluye que “ese es el terrible mensaje que nos hace llegar la desaparición de los libros de texto dedicados al español y las matemáticas. Es un crimen arruinar la educación de generaciones futuras”.

La economía del futuro, dentro de 2 y 5 años, dependerá en las siguientes tres décadas de lo que se les haya enseñado hoy. ¿Cambia algo? Yo digo que sí. No está sencillo, pero es fácil entender cómo hacerlo.

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