Decía mi abuela Dondinéa: “Te puedes colgar, pero no te puedes columpiar” y en la SEP se están colgando del debate de los “libros comunistas”, y se están columpiando de la opacidad que involucra una millonada. Les cuento.
Al buzón de quejas y sugerencias que tenemos habilitado en el castillo, llegaron algunos documentos que muestran que la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) que depende de la secretaría que encabeza Leticia Ramírez, tiene que aclarar gastos por 132.4 millones de pesos.
¿Pero qué cree? Para hacerlo sólo cuenta con copias fotostáticas de contratos y facturas ilegibles. No sé por qué me llega un olor a claveles…
Se trata de al menos 15 contratos para la adquisición de servicios de maquila del ejercicio 2019, es decir, de hace cuatro años, o sea, ya en la administración del Presidente López Obrador.
Una investigación interna advierte que la documentación en copias fotostáticas, no permite identificar la autenticidad de la información contenida en las cotizaciones de los proveedores, misma que sirvió para adjudicar –léalo bien– de manera directa los contratos. En al menos 11 casos, se revela que hay copias ilegibles y no se supervisó que se contara con la información original que solicita la Ley.
“Contrataciones realizadas por un monto de $132,457,770.00 que no cuentan con documentación original, sin que sea posible identificar su correcta asignación al proveedor con las mejores condiciones para el Estado”, señala a la letra dicha investigación interna.
“Se solicitaron los expedientes originales para cotejar las copias que eran ilegibles; sin embargo, se identificó que los expedientes contenían información que se presume es copia fotostática, por lo que, no fue posible identificar la información contenida en las cotizaciones de los proveedores que sirvió para adjudicar los contratos”, se lee también textual en el expediente. Todo esto, sin mencionar que otros archivos están incompletos.
La conclusión es que los procesos de adjudicación directa números ADL008-2019, ADL-009-2019, ADL-010-2019 y ADL-011-2019, carecen de los principios de imparcialidad, honradez y transparencia, que rigen las adquisiciones y arrendamientos de bienes y la contratación de servicios.
Es decir, todos los principios que supuestamente enarbola a diario la llamada “Cuarta Transformación”.
Me cuentan mis fuentes en estas cloacas, que no es la primera vez que sucede, pues las investigaciones por irregularidades en Conaliteg se van acumulando año con año. Existen decenas de contratos con inconsistencias que podrían desencadenar en un escándalo para la 4T y para el inquilino de Palacio Nacional quien, desde luego, se va a mantener con el argumento de que ya se acabó con la corrupción.
Lo cierto es que en Conaliteg hay un gran desaseo en la integración de los expedientes de contratación de servicios, cotizaciones en copias, sin firma, sin fecha, en hojas sin membrete de empresa, de productos no solicitados, entre otras muchas irregularidades más. Anomalías millonarias con cargo al erario público.
Pienso que lo primero que se debería de enseñar en los nuevos libros de texto es que no es bueno mentir, que no es bueno robar y que no se debe traicionar las arcas del pueblo. En fin.
¡Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!