El sexenio que se encuentra en la recta final ha tenido que enfrentar enormes retos, en condiciones harto complicadas (la irrupción del Covid-19 uno de los elementos de mayor trascendencia).
Sin embargo, una serie de actores —de manera relevante, algunas instituciones del Gobierno de México— y sus acciones y decisiones, han conseguido buenos resultados. Los grandes problemas que por décadas ha sufrido México no se pueden resolver de la noche a la mañana; sin embargo, las acciones, planes, programas y políticas públicas sí pueden abonar a resolverlos.
Uno de esos grandes adversarios —no sólo de nuestro país, sino del mundo— es la pobreza. La política social del Gobierno de México ha dado frutos: 8.9 millones de personas abandonaron sus filas. En el año 2020, eran 55.7 millones de personas las que integraban esta dolorosa categoría, para disminuir en la última medición a 46.8 millones, cifra 16 por ciento menor, con base en el último reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Una gran reducción en un entorno mundial, regional y nacional sumamente adverso. La pobreza extrema está en el nivel más bajo desde que se tiene registro. El Presidente Andrés Manuel López Obrador elevó a rango constitucional los programas sociales que, sin duda alguna, ha sido una de las acciones más relevantes en esta materia. Pero no sólo eso ha provocado esta reducción, sino también —por mencionar sólo una—, el incremento en el salario mínimo que juntos, iniciativa privada, el Gobierno, y los grupos obrero patronales, obtuvieron.
La cifra de mexicanos en pobreza sigue siendo enorme y no es posible cantar victoria, pero el resultado no puede, ni debe regatearse. Hay mucho por hacer en esta materia; sin embargo, se ha dado un paso muy importante en el sentido correcto.
Otro de los grandes retos que juntos debemos enfrentar, es la transformación de nuestro sistema de salud, que atraviesa momentos complicados, y que, como muchos otros sistemas de gran envergadura, implican una gran complejidad para ser intervenidos, corriendo incluso el riesgo de empeorar en el proceso. El propio reporte del Coneval acusa un incremento en el número de personas con carencia de acceso a servicios de salud. Probablemente uno de los hallazgos que pueden ayudar a describir el fenómeno por el que atravesamos, es el crecimiento en la utilización de los consultorios operados por las cadenas de farmacias, que en algunos casos brindan un servicio eficiente y oportuno a un sector de la población, que, si bien podría tener acceso a los servicios de salud del Estado, prefiere por diversas razones atenderse en ellos. No podemos dejar de lado los miles de consultorios que en todo el territorio operan de manera ilegal poniendo en riesgo su salud. Los espacios vacíos se llenan, y los consultorios de farmacias brindan hoy un valioso servicio para millones de mexicanos.
El esfuerzo está dado, los resultados a la vista. Menos pobres, un gran acierto de la presente administración.