El asalto a la casa de Bosé

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Hace unos días entró una banda de 10 personas a robar la casa-habitación del cantante Miguel Bosé. Los delincuentes estuvieron en el hogar más de dos horas.

El cantante fue encerrado junto a sus hijos, dos escoltas y una trabajadora doméstica en un baño, mientras que su chofer fue secuestrado para que los delincuentes pudieran salir del fraccionamiento mientras él conducía.

Los asaltantes ingresaron en dos grupos: los primeros por la puerta principal, quienes tenían acceso a ella, y el otro convoy, por una barranca que colinda con Rancho San Francisco.

El día del robo había dinero en casa del cantante y alguien lo sabía. Casi siempre en este tipo de despojos, una persona cercana a la familia asaltada es quien da la información. Algunas veces de manera consciente, otras, sin querer.

Todo parece indicar que quienes entraron a la casa de Bosé eran delincuentes profesionales. La residencia del cantante está ubicada en Rancho San Francisco, una zona residencial muy resguardada en la Ciudad de México. Cuentan con una rigurosa vigilancia privada a través de la empresa Promotora Aviv, S.A. de C.V., además de cámaras de seguridad y servicio privado de escoltas para el resguardo de los inmuebles. Se cree que los ladrones burlaron a por lo menos 36 guardias.

Hasta el momento de escribir estas líneas, Miguel Bosé no ha presentado una denuncia formal, pero ya se inició una carpeta de investigación por “noticia criminal”, por parte de la Fiscalía de la Ciudad.

No es la primera vez que roban de esta forma en residenciales altamente vigilados. Y en otros robos ya investigados, se ha detectado que personas cercanas a las víctimas son informantes y quienes facilitan los accesos.

Muchos de estos robos a casa-habitación son perpetuados por bandas criminales extranjeras. No son improvisados, son expertos en la materia e, incluso, dentro de su grupo tienen subespecialidades en las cuales fueron entrenados en su país.

Algunos han estudiado comportamiento humano y son expertos en la seducción y el engaño, para poder tener acceso a información sobre el bien inmueble y de la familia que será víctima. Buscan acercamientos con policías o quienes resguardan los fraccionamientos para trabajar con ellos.

Están los boqueteros, aquellos que abren las chapas, rompen paredes o mallas ciclónicas y cajas fuertes. Otros tienen especialidad en escalar o descender colinas o barrancas. Otros más saben de comunicación.

Otros son joyeros y saben desmontar joyas finas y fundir metales preciosos para venderlos en el mercado negro, o incluso enviarlos a su país.

Horas de terror

Entrada principal del conjunto residencial Rancho San Francisco, en la alcaldía Álvaro Obregón, donde un comando armado asaltó la casa del cantante español, quien se encontraba con sus hijos y algunos de sus trabajadores, quienes estuvieron amarrados dos horas.

Puede darse que también intenten vender las joyas y relojes en México, pero es menos frecuente; saben que las posibilidades de ser capturados son mayores.

Hace un par de años habían dos o tres de estas bandas que operaban en la Ciudad de México. Cuando eran capturados los delincuentes eran deportados a su país, pero buscaban ingresar nuevamente. Tenemos una frontera muy porosa, así que los deportan y regresan.

Ahora hay decenas de estas bandas, y cada vez más son integradas por un mayor número de personas. Son, en su mayoría, hombres, y cada una puede estar compuesta de unos 8 o 10 integrantes.

Estos delincuentes conocen las leyes, casi nunca entran con pistolas o armas largas para que, en caso de ser detenidos, aleguen que el robo fue hecho sin violencia y en ocasiones sólo se roban lo que les cabe en una mochila.

Es común que renten automóviles de lujo para llegar a las viviendas, y también hay quienes se roban los coches de las casas para salir del fraccionamiento sin ser detectados.

Otros delincuentes rentan casas o departamentos en fraccionamientos de lujo para conocer el modus vivendi de sus vecinos. Este modo de trabajar se ha detectado en zonas como Bosques de las Lomas, Polanco, Santa Fe, el Pedregal y en otras donde hay viviendas de poder adquisitivo medio y alto.

Un ejemplo: Hace un par de años, en un muy cuidado fraccionamiento de la zona poniente de la CDMX, Cumbres de Santa Fe, una de estas bandas rentó un departamento. Se hicieron pasar como una familia estructurada: papá, mamá e hijos. Desde ese departamento obtenían información de los vecinos y después asaltaban las casas y departamentos del fraccionamiento.

El mismo modo de operar se repite en varias ciudades. Si analizamos lo poco que ha contado el cantante, el robo que sufrió parece tener muchas similitudes con la manera en que estas bandas operan.

Muchos son colombianos, y han sido entrenados en la guerrilla de las FARC. Por eso saben rapel y así ingresan a los fraccionamientos por medio de las barrancas colindantes.

Miguel Bosé dijo: “Tenso, delicado y desagradable”.

Fueron más de dos horas las que el cantante estuvo junto con sus dos hijos y empleados amarrados, mientras 10 hombres armados y encapuchados se llevaron joyas, dinero en efectivo, artículos personales y una camioneta Chevrolet Suburban.

Afortunadamente, el cantante y quienes se encontraban en la casa el día del asalto están bien. Ahora, hay que esperar para ver qué resuelven las autoridades.

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