En la capital, la oposición está optimista de arrebatarle a Morena un bastión que ha sido controlado por la izquierda por 26 años. ¿Podrán?
Salvo en la legislatura elegida en el 2000, en donde el PRD controlaba el 32% de la Asamblea Legislativa, el PAN el 26% y el PRI el 24%, la izquierda ha dominado el Legislativo. Con la escisión del PRD y ascenso de Morena, la Asamblea se dividió: en 2015, Morena controlaba el 30% del Legislativo, mientras que el PRD controlaba el 26%, el PAN 15% y el PRI el 12%. En 2018, Morena controló el 56%, y el PRD se quedó con el 9%. En 2021, el oficialismo consiguió el 44% del Congreso, pero el PAN logró un 23%, algo que no se veía desde el 2009.
Pasando a las alcaldías, antes delegaciones, de 2003 a 2012 el PRD controló hasta 15 delegaciones. En 2015, se equilibró el mapa, el PRD quedó con 6 delegaciones y Morena con 5, las mismas que el PAN (2) y el PRI (3) juntos. En 2018, Morena se quedó con 11 alcaldías, el PRD con 2 y el PAN con una. Llegó el 2021 y Morena se quedó con 7 demarcaciones, mientras que el PAN (5), el PRI (2) y el PRD (2) se quedaron con 9, algo histórico.
En resumen: el PAN es quien mejor ha competido tanto en el Congreso como en las alcaldías, aunque eso no implica que ese desempeño se traslade a la Jefatura de Gobierno.
Salvo en la elección del 2000 donde el PAN con Santiago Creel se quedó a 4 puntos de López Obrador, la derecha no ha competido. El mejor resultado obtenido por el PAN desde entonces fue con Alejandra Barrales del PRD que se quedó a 16 puntos de Sheinbaum en 2018.
En encuestas el PAN, junto con el PRI y el PRD, están a 20 puntos de Morena. Es una distancia notable pero remontable considerando su desempeño en 2021: en alcaldías la diferencia en votos entre Morena y aliados y el Frente fue de 0.03% cuando en 2018 fue del 5%; el PAN tuvo 40% más votos que en 2018 y el PRI 23.15% y, actualmente el 47.40% de la población de la ciudad es gobernada por la oposición cuando en 2018 sólo controlaba el 18%, un cambio del 155 por ciento.
Existen condiciones para hacer de la elección de la CDMX una contienda competida, pero a la oposición le jugará en contra la participación electoral que fue 24% menor en 2021 que en 2018, por ser, la segunda, una elección concurrente con la presidencial como lo será la del 2024.
La clave será la selección de una candidatura que pueda hacer frente al o la aspirante de Morena en la CDMX, y que pueda robarle atención a la campaña presidencial de Sheinbaum.