Uber vs. taxis

BANDA ANCHA

Roberto García Requena *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Desde que nació en 2009 la plataforma de Uber, el servicio de transporte interurbano a través de una aplicación, y en la medida que se fue instalando en la gran mayoría de las metrópolis del mundo, desató una guerra entre esta compañía y el gremio de taxistas previamente establecido.

Los taxistas han visto sus ganancias amenazadas y han hecho hasta lo imposible para impedir la incursión de Uber en el mercado, alegando principalmente una competencia desleal y reclamando legalidad ante autoridades.

No me voy a meter a discutir si los taxistas tienen razón o no, pero sin lugar a duda Uber fue una innovación disruptiva en el servicio de alquiler de transporte en México y en el mundo entero. En la ciudad de Nueva York, Uber no pudo entrar al mercado de transporte privado hasta 2022 por la oposición de los taxistas.

El caso mexicano es de llamar la atención porque a la fecha hay zonas del país donde los sindicatos de taxistas han incurrido hasta en violencia física para evitar el funcionamiento de Uber. Por mucho tiempo Uber no podía recoger pasaje en el Aeropuerto Benito Juárez en la CDMX, por ejemplo. O el gremio de taxistas en Quintana Roo es agresivo cuando un Uber presta servicio en la zona hotelera de Cancún.

Y como generalmente ocurre, la tecnología siempre va más aprisa y por delante de la regulación que cada país pueda aplicar, la solución a muchas de estas disputas termina siendo arreglos entre los particulares que operan los servicios.

Es así como cada país ha ido encontrando soluciones a este pleito. En Europa, Estados Unidos y Asia lo que ha ocurrido es que Uber se ha asociado o hecho acuerdos con los taxistas incumbentes, de tal suerte que la convivencia entre ambos ya es tersa.

Una asociación reciente ocurrió con Yellow Cab de Los Ángeles, la compañía más grande de taxis en California, en la que se acordó la incorporación de 1,200 taxis a la plataforma de Uber.

En Argentina, particularmente en las ciudades de Buenos Aires y Mendoza, también se han firmado acuerdos entre la plataforma y los taxistas, en los que ambos salen beneficiados y operan de manera pacífica.

Bien valdría la pena conocer y estudiar estos arreglos en otros países para ver qué se puede implementar en el caso mexicano, donde si bien se han logrado algunos avances, el pleito entre la aplicación de Uber y los intereses de los taxistas todavía es real.

En otro tema. El peso mexicano lleva tres jornadas consecutivas depreciándose, respecto al dólar. El tipo de cambio en esta semana ha perdido 2.78 por ciento para cerrar el día de ayer en $17.70. Parece ser que la aversión al riesgo empieza a crecer.

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