Noboa, un enigma político

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Montserrat Salomón*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Daniel Noboa ha ganado las elecciones presidenciales en Ecuador siendo un enigma político. Él se dice partidario de centroizquierda, los que lo conocen más bien lo ubican como centroderecha; sin embargo, lo poco que sabemos de él y sus propuestas nos hacen pensar en que su campaña ha consistido en una cuidadosa estrategia de no etiquetarse y no revelar demasiado de su plan de gobierno, en el caso de que éste exista.

Noboa es un empresario adinerado hijo de Álvaro Noboa, quien contendió cinco veces por la presidencia y no consiguió triunfar en la política. Ahora su hijo, miembro de la élite ecuatoriana y que ya había logrado el triunfo político de ser legislador, cierra la pinza entre el alto mundo del dinero y la silla más importante de la esfera pública. Noboa es accionista de numerosas empresas, en muy diversos giros, lo que debería preocupar a los ecuatorianos por las innumerables posibilidades de conflictos de interés en una sociedad en la que la corrupción y el crimen organizado han ido al alza a un ritmo alarmante.

Ecuador vive una ola de violencia sin precedentes. El clímax llegó con el asesinato del candidato a la presidencia Villavicencio. Este hecho provocó que el resto de la campaña se llevara a cabo principalmente en la arena virtual, con lo que los dos candidatos que llegaron a la segunda vuelta, el ganador, Noboa, y la correísta, Luisa González, banalizaran la contienda enfrascándose en un concurso para ver quién resultaba más entretenido para los votantes. En el momento en el que Ecuador más necesita un líder que mostrara el camino en tiempos oscuros, los discursos carecieron de ideas y se llenaron de bufonadas.

Además de la violencia, Ecuador enfrenta una crisis económica fuerte, por lo que Noboa está llamado a tomar decisiones difíciles e impopulares. Como dentro de menos de un año volverá a entrar en campaña para reelegirse, es poco probable que se atreva a hacer lo que se tiene que hacer para equilibrar las arcas. Su mismo discurso, esquivo y excesivamente cuidado, nos da muestra de esta tendencia populista: ha prometido no subir los impuestos y, sin embargo, elevar el gasto público; algo que sólo colapsaría la economía. Así que, Noboa miente o realmente no tiene la habilidad empresarial que presume, me inclino por la primera.

Ecuador se la ha jugado con un presidente de figura fresca y juvenil… ataviado con un chaleco antibalas y muchas más dudas que certezas. Esperemos que pronto deje de jugar a ser querido y cumpla con su promesa de hacer algo grande por su país. Noboa podría estar en su casa jugando con sus perros, él lo ha dicho. Mas ahora es el presidente. Él es un misterio, hagamos votos porque cuando decida salir a la luz, sea el líder que Ecuador necesita.

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