Milei o Massa: elección imposible

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Se aproxima la elección presidencial de Argentina, la segunda vuelta entre Massa y Milei será este 19 de noviembre con un resultado reservado que tiene en vilo a todo el continente.

Las encuestas muestran una pequeña ventaja para Milei, el candidato ultraderechista que se considera un liberal libertario y que ha hecho campaña más a base de fomentar el enojo y la visceralidad que en la reflexión en torno a la viabilidad y consecuencias de sus propuestas radicales. Sin embargo, aún son muchos los votantes que se muestran indecisos y, en la primera vuelta, la victoria fue para Massa, que, aunque es lastrado por ser el exministro de Economía de un país en quiebra y representa la continuidad de un modelo político y económico cuestionable, ofrece un programa más conciliador que el de su contrincante.

Milei es un ejemplo más de un personaje de televisión y redes sociales que basa su éxito en lucrar del enojo y hartazgo de un pueblo que sufre los estragos de una inflación del 140%. Cuando cerca de la mitad de la población vive en la pobreza, los votos son fáciles de conseguir cuando se apela a las emociones. Detrás de cada voto, se esconde un sentimiento, y Milei es un maestro en movilizar a las masas. Eliminar privilegios y reducción del “gasto público”… sin especificar cómo impactaría esto a ese 40% de la población que vive, o sobrevive, gracias a los programas sociales del peronismo.

Massa, por su parte, tampoco es una opción promisoria para los argentinos. Como responsable de la economía en la administración actual, no podemos sino pensar que ha fracasado y que es en parte responsable de la crisis en la que está sumida Argentina. Pero la irrupción de Milei impidió que llegara a las urnas una opción de derecha moderada. Por lo que ahora Massa, representando la continuidad del Gobierno ineficaz y corrupto, se presenta como la “opción centrista” y dialogante. Su bandera son los programas de justicia social, pero tendrá que hacer reflexionar a un pueblo que sólo quiere saber quién se la va a pagar y que es fácilmente manipulable por un personaje disruptivo como Milei.

Es una pena que no haya una opción de alternancia que no pretenda volar por los aires la justicia social. La solidaridad, la comunidad y la cooperación son valores democráticos que pueden conjugarse con la libertad y el mercado. Un individualismo voraz no es la solución a los males de un país como Argentina, en donde un gran porcentaje de la población estaría en una posición vulnerable si se la deja a su suerte en el cruel juego del mercado.

Seguir como antes o volar todo por los aires. Ante la quiebra económica, un “sálvese quien pueda” no parece la opción más humanitaria. Argentina se enfrenta a una elección que descorazona.

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