Desde su mañanera en la Base Naval de Acapulco, el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que a través de un sistema de “autoconstrucción”, se rehabilitarán más de 250 mil viviendas destruidas hace un mes por el huracán Otis, se entregarán ocho mil pesos por hogar para la reconstrucción inmediata de ellas y a través de módulos se les harán esos apoyos.
Sin tener cercanía ni contacto alguno con grupos de damnificados por el meteoro, ni tampoco recorrer alguna de las zonas devastadas, le advirtió a los “malandros” que promovieron el saqueo de establecimientos comerciales, que no se atrevan a acercarse a los módulos de apoyo, que estarán custodiados por la Guardia Nacional, y acompañado del secretario de Marina y de la gobernadora de Guerrero, abordó un buque desde el que depositó una ofrenda floral en homenaje a los muertos.
DE ESTO Y DE AQUELLO…
La visita presidencial al puerto, mientras grupos de afectados se apostaron frente a la Base Naval portando cartulinas y mantas con reclamos y exigencia de ayuda, volvió a generar enojo de la población que sobrevive entre escombros, láminas de lo que fueron techos de sus humildes viviendas y que, a pesar de declaraciones oficiales, no reciben, o reciben a medias, la ayuda que se anuncia.
Lo que sí se ofrece, y asegura, es que, en los primeros meses del año próximo, Acapulco será sede del Tianguis Turístico, la Convención Bancaria, el Abierto de Tenis y otros eventos, con anuncios para que los guerrerenses recobren confianza en que la reconstrucción del puerto va en serio y aprisa, aunque lo que se observa en noticiarios televisivos dista de motivar ese optimismo.
Lo que volvió a quedar claro ayer es que al Presidente le resulta complicado ir al puerto guerrerense, destruido por el huracán la madrugada del miércoles 25 de octubre, pues ha rehusado recorrerlo por el riesgo de que los acapulqueños le reclamen, insulten y “ninguneen”, como dijo.
No parece casual el despliegue de efectivos del Ejército y la Guardia Nacional en Culiacán, para capturar a Néstor Isidro Pérez Salas, El Nini, jefe de seguridad de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, después de la reciente conversación que sostuvieron los presidentes Biden y López Obrador, en San Francisco.
Por lo pronto, el mandatario estadounidense agradeció esa espectacular captura y espera hacer lo mismo cuando Ovidio sea extraditado y sus hermanos atrapados.
El regreso de Ricardo Monreal a su escaño en el Senado sorprendió a algunos de sus colegas morenistas, que lo hacían al lado de Claudia Sheinbaum.