Javier Milei, el polémico candidato libertario y anarco-capitalista de “La Libertad Avanza” (LLA), venció al candidato peronista Sergio Massa en la segunda vuelta de la elección presidencial en Argentina. Milei llega al poder con el respaldo del PRO uno de los partidos integrantes de la coalición Juntos por el Cambio (JXC), abanderado por Patricia Bullrich y al que pertenece el expresidente Mauricio Macri, que luego de quedar tercero en la primera vuelta presidencial decidió apoyar a la LLA. Ese apoyo fue suficiente para derrotar al peronismo y al kirchnerismo en las elecciones presidenciales, pero no para construir una coalición legislativa con mayorías en las Cámaras.
Esta situación llevará a la coalición legislativa de Milei a tener que negociar –incluso para tener quórum en el Congreso– con el peronismo. Es decir, el resultado electoral en el Congreso será un freno que llevará al nuevo presidente a matizar sus reformas para lograr que, primero, se discutan y, segundo, se aprueben. En ese conjunto de reformas entra el adelgazamiento del Estado en la que se pretende reducir el número de ministerios (secretarías en México) de 18 a 8; eliminar el Banco Central; dolarizar la economía; recortar los fondos para jubilaciones y pensiones; migrar a un régimen de libre flotación cambiario o que las Fuerzas Armadas participen en tareas de seguridad pública.
Por lo anterior, lo que se espera no es un cambio radical dentro de la política argentina, sino un gobierno de derecha liberal. Por ejemplo, por lo pronto es improbable una dolarización de la economía argentina como en Ecuador, sino que se espera la legalización del uso del dólar en transacciones comerciales, hoy prohibidas en Argentina pero que ya ocurren de facto para la compra-venta de automóviles o inmuebles. Se espera también que la extinción del Banco Central sea una de las reformas que estarán “on hold”, hasta que Milei demuestre el éxito de su política fiscal restrictiva y baje en 15% del PIB el gasto público, incluyendo apoyos sociales en una población que depende cada vez más de subsidios y de transferencias gubernamentales.
Argentina sufre una de sus peores crisis económicas desde la transición a la democracia en donde la pobreza alimentaria pasó de 10% en 2012 a 25% en 2023, 40% de su población vive en la pobreza, la inflación acumulada en 2023 se situó en el 123%, las reservas están en sus mínimos y tiene una deuda sin pagar con el FMI. Milei culpa a “la casta”, a peronistas, kirchneristas y zurdos de esta situación y muchos argentinos lo votaron porque después del tercer lugar de Bullrich, la otra opción era votar por Massa el Ministro de Economía del gobierno peronista saliente. Para muchos la simple derrota del peronismo es esperanzador, pero queda por ver cómo interactúa el anarco-capitalismo libertario con una oposición peronista que históricamente ha sido implacable.