Abelardo de la Torre Suire es un hombre decente. Empresario exitoso, reconocido por los gobiernos de México y España. A lo largo de su carrera profesional le ha dado la vuelta a la tentación de la corrupción y desarrollado su vida profesional respetando la ley. Prefiere perder un buen negocio que hacer algo chueco. Nunca había enfrentado un pleito legal… hasta ahora.
La vida le cambió el 26 de julio de 2023: fue llevado con engaños por Gustavo Germán Vidal Vázquez, empleado de Jesús Alí de la Torre, a una plaza comercial del Valle de México y ahí seis policías judiciales lo detuvieron sin mostrar una orden de aprehensión en su contra. Lo acusaron de haber matado a un hombre seis años antes en Tamaulipas, pero él estaba a más de 900 kilómetros de distancia cuando se cometió el crimen.
Lo tuvieron durante varias horas en una oficina de la Fiscalía mexiquense, lejos de los separos. Ahí llegó un enviado supuestamente de Jesús Alí de la Torre, ex candidato del PRI al gobierno de Tabasco y hoy aspirante a una candidatura para ser alcalde de Villahermosa (Centro), y comenzó la extorsión contra Abelardo.
Le exigieron firmar unos documentos de adeudo con garantía de una propiedad en Polanco en favor de Jesús Alí o lo mandarían a Reynosa, que había más órdenes de aprehensión en su contra, y que si no reconocía ese adeudo para despojarlo de su patrimonio pondría en riesgo su vida, la de su esposa y sus dos hijos. El empresario firmó… pero se lo llevaron a Reynosa.
Cuando lo trasladaban al Aeropuerto uno de los policías le soltó: “esto no es personal, usted entiende”. Para subirlo a un avión de Aeroméxico pusieron sus manos esposadas al frente y las cubrieron con un suéter. Volaron a Monterrey y de ahí por tierra a Reynosa. Los policías tamaulipecos lo trataron bien.
Al revisar su situación, una juez detectó que se trataba de una trampa que le habían puesto a De la Torre Suire y determinó que no había elementos para vincularlo a proceso por lo que ordenó su inmediata liberación. La fiscalía local impugnó la decisión de la juzgadora pero hace unos días un tribunal ratificó la orden de la juez y la libertad del empresario. No cometió ningún delito.
Abelardo de la Torre Suire se ha refugiado en el extranjero. En un café, fuera de México, cita al columnista y en la conversación narra con detalle los hechos, pide no publicar varias partes del expediente –del que me entregó copia- para no cometer ninguna imprudencia jurídica, y devela el papel que supuestamente ha jugado Jesús Alí en esta persecución en su contra.
Tienen el mismo apellido pero no son familia. Eran amigos desde hace 13 años. Tan cercana la amistad que los hijos de Jesús Alí le decían “tío” y Abelardo los quería tanto que cuidaba de la salud de ellos y también de que no perdieran el rumbo. Todos juntos, como si fueran familia iban a fiestas y bodas frente al mar.
Pero Abelardo enfermó de cáncer. Pese a ello Jesús Alí le pidió dinero para financiar su campaña en busca de ser alcalde de Villahermosa. Le exigió vender o hipotecar el departamento que le rentaba en Polanco para tener recursos con la promesa de que por cada peso al ser alcalde le devolvería dos. Abelardo se negó, era más importante su salud y el patrimonio de su familia que cualquier aventura política… y comenzaron las amenazas.
Hoy De la Torre Suire ha pedido la intervención de la Presidencia de la República y está dio vista a las Fiscalías de Tamaulipas y Estado de México para que revisen la actuación de su personal. Este columnista buscó una posición de Jesús Alí sobre este tema pero al cierre de Las Batallas de este martes no hubo respuesta.
El empresario ratifica su confianza en el combate a la corrupción del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de la gobernadora del estado de México y del gobernador de Tamaulipas, en la integridad de los fiscales generales de ambas entidades. Pide que revisen su caso para que no se use el poder de un político y el tema se dirima por la vía legal. Revela el caso porque, me dice: “temo por mi vida y la de mi familia”.
RADAR
MOLESTIA. Nos dicen que la presentación del Proyecto Maya que realizó el empresario Juan Sergio Loredo Foyo ante el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, levantó ámpula y no gustó en varias esferas de la clase política nacional.
La molestia –nos explican- proviene luego de que Loredo Foyo fue detenido en 2021 acusado por el delito de embargar la operación tecnológica VisitMéxico, contratada por la Secretaría de Turismo federal, estancia que lo responsabilizó de hackeo de dicha plataforma.
En contexto cabe recordar que en julio del 2020, tras el hackeo, Tecnocen dirigida por Loredo Foyo, colocó el mensaje aclaratorio en VisitMéxico de que no se trataba de un hackeo sino una suspensión por falta de pago, lo que conllevó a la denuncia y detención del empresario por el también delito de extorsión.
El caso Loredo-VisitMéxico –nos hacen ver fuentes cercanas al caso- es una llamada de atención sobre la importancia de establecer mecanismos sólidos de control y transparencia en la gestión de proyectos gubernamentales y sus relaciones con empresas privadas.