Las iniciativas del Presidente

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. larazondemexico

Como se venía anunciando desde hace tiempo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó una serie de iniciativas de reforma a la Constitución, para asegurar, como él dice que tienen como objetivo, echar para atrás los “contenidos antipopulistas introducidos en la época neoliberal o porfirista.”

La realidad es que muchas de estas reformas son temas muy populares que sin lugar a dudas le darán un margen amplio para poder tener un discurso en esta época electoral, pero el fondo real es entre las bases para que desde el Poder Ejecutivo se trabaje sin contrapesos

Este paquete de reformas constitucionales, no parecen contar con la mayoría calificada de dos terceras partes en la Cámara de Diputados y el Senado de la República para su aprobación. Y es que hay algunas reformas que benefician a los ciudadanos como el aumento anual al salario mínimo por encima de la inflación y reducción de 67 a 65 años de edad para la pensión de adultos mayores, pero con éstas se intenta ocultar otras muy riesgosas para la democracia del país que claramente están hechas para intentar acabar con los contrapesos que tiene el Gobierno federal, como son los cambios al Poder Judicial y la Ley Electoral.

Es verdad que la democracia cuesta muchísimo dinero, y son enormes las sumas que reciben los partidos, pero la realidad es que el partido en el poder tiene muchas maneras de hacerse de recursos para las campañas, con la iniciativa de Reforma Electoral que se propone, se habla de la reducción de gastos destinados a campañas y partidos, esto dejaría con una desventaja amplia a la oposición.

El Presidente habla de una disminución de diputados y senadores, pero lo más complicado de todo es que los consejeros, como los magistrados de organismos electorales, serán electos por el voto libre de los ciudadanos y que en el Poder Judicial también se elija en elecciones libres.

El Poder Judicial tiene una estructura que en casi todos los casos, la meritocracia cuenta. Y son cargos en los cuales quien los ocupa debe de tener un conocimiento e independencia.

Y luego como parte de estas iniciativas está la eliminación de las dependencias y organismos autónomos.

Dice el Presidente que estos organismos son onerosos y que fueron creados en el periodo neoliberal para proteger negocios en contra del interés público.

La realidad es que gracias a la creación de esos organismos autónomos, y de los contrapesos que existen actualmente y que costó tanto construir, el PRI dejó de gobernar luego de más de 70 años en el poder. Tuvimos en México alternancia, ganó el PAN dos veces, regreso el PRI y luego Morena tuvo la oportunidad de hacerse de un partido y de llegar al poder.

Se nos olvida, pero por ejemplo, en 1976, antes de la época “neoliberal”, hubo un candidato único que contó con registro oficial que se presentó en las elecciones presidenciales, José López Portillo.

Por ejemplo, con organismos como la Función Pública, pudimos saber del desfalco más grande del que se sepa hasta ahora en esta administración que fue el de Seguridad Alimentaria Mexicana, Segalmex.

Los cambios

de los 136 artículos que componen la Carta Magna, 117 han sido objeto de reformas, mientras que 19 están sin alteración, de acuerdo con datos del Instituto Belisario Domínguez; además, desde su promulgación en 1917, se han gestado 769 reformas constitucionales.

Se buscan otros cambios como Consulta de Revocación de Mandato del Presidente de la República, para que en lugar de 40, ahora sólo se necesite 30 por ciento de la lista nominal para que sea vinculatoria. No nos engañemos, esta propuesta la ideó el Presidente López Obrador, no para él, sino para su sucesor.

Con esto, imagínese usted la presión que va a tener la próxima Presidenta para poder tomar decisiones para gobernar. Porque además la gran mayoría de las candidaturas que se han asignado de Morena y que tienen amplias posibilidades de ganar, se definieron en la oficina del Presidente y muy poca injerencia tuvo la candidata Claudia Sheinbaum.

El Presidente ha asegurado que con el paquete de reformas que enviará, quedarán blindados los programas sociales para que quien llegue a la Presidencia no pueda quitar lo que la población recibe, y eso está muy bien, es más, muchos de esos programas sociales ya están en la Constitución. Y si hubieran estado en la Constitución, programas como las Estancias Infantiles, las Escuelas de Tiempo Completo, o los desayunos calientes obligatorios que recibían los estudiantes, no los hubieran podido quitar. Estos programas eran importantísimos, muchas veces ese desayuno era el único alimento seguro que tenían muchos niños.

¿Quién está en contra de que el salario mínimo para maestras de educación básica, policías, soldados, marinos, médicos y enfermeras sea mejor? Se lo merecen, son quienes apoyan a gran parte de la ciudadanía.

¿Y quién puede estar en contra de garantizar a los niños y niñas mexicanos el derecho a la educación o a que se le dé un salario justo a los trabajadores?

Pero el actual sistema, sobretodo con el cambio de los libros de texto, no está garantizando esa educación.

Creo que la mayoría de las personas, como dice el Presidente, en casos como que el salario mínimo no esté por debajo de la inflación, que se castigue el maltrato animal, que se penalice penalizar el delito de extorsión que tanto hace daño a la sociedad, están de acuerdo.

El presidente dice: “Las reformas que propongo buscan establecer derechos constitucionales y fortalecer ideales y principios relacionados con el humanismo justicia austeridad y democracia que hemos postulado”.

Pero en la presentación de estas reformas, están intercaladas unas que afectan de manera directa la democracia de México, un país que ha costado años que tenga una democracia real, que haya alternancia.

Muy probablemente estas reformas no van a pasar en esta Legislación por cómo están planteadas, veremos cómo se configura la próxima Cámara de Diputados y Senadores, para ver si todavía en sus últimos meses de Gobierno las puede sacar.

Mientras tanto, temas con los que nadie puede estar en desacuerdo como aumentar el salario mínimo o que se garanticen los programas sociales, serán tema de campaña, y hablando poco de las reformas que sí pueden afectar la transparencia y democracia de México.

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